viernes, 11 de febrero de 2022

 CLUB DEPORTIVO ESCOLAR CAN ORIACH 

11 SALIDAS DEL BARRIO 

El club hizo sus primeras salidas con los equipos federados; equipos de baloncesto y balonmano comenzando a jugar por toda Catalunya. Nuestros monitores hacían una doble labor: entrenar equipos de los colegios y hacernos visibles jugando a su deporte favorito. Al comienzo con autobuses de línea y trasbordos de tren porque los coches de los padres, si los tenían, no nos acompañaban.  

 

Disponíamos de más medios y durante más de cinco años pudimos resolver algunos de estos problemas fletando un autobús cuando jugaban varios equipos en una misma ciudad, pero tenía el inconveniente de que los tres equipos tenían que esperar a que acabase todo y el invierno en Igualada o en Torelló era durillo. Coches de jugadoras/es, entrenadores/as o amigos suplían las dificultades cuando había que hacer desplazamientos como el de la Seo d’Urgell. 

De vez en cuando salíamos con autocares a ver una final de nuestros equipos o al pabellón del Barcelona donde disfrutábamos del baloncesto y hasta del hockey. Ya que teníamos invitación aprovechábamos la mañana completa... 

Organizamos varias salidas a las pistas de atletismo con los escolares donde pasábamos una mañana llena de pruebas: saltos, carreras... y paseos por el césped. Autocares llenos camino de la novedad, aunque para algunos, como Pernia, eran instalaciones conocidas. También bajábamos a los cross de Sabadell, tanto Oya como Valentín salían de nuevo del barrio a correr cuando no visitábamos el bosque de Can Deu. 

Quienes más viajaban fuera del Can Oriach eran los monitores que tenían su carnet para ver al Sabadell o visitar el Club Natación. Esta idea de sellar por detrás los carnets de los monitores la copiamos de cuando algunos maestros hacíamos de monitores para el ayuntamiento franquista y nos permitía juntarnos a ver el fútbol de Sabadell lo domingos por la tarde (aún recuerdo, al salir con unos maestros del fútbol un domingo, los coches de delante y de atrás pinchados y el de mi amigo intacto y las risas de algunos vecinos en el bar de la plaza Montella cuando nos sentamos a acabar la tarde). 

 

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