CLUB DEPORTIVO ESCOLAR CAN ORIACH
21 VAMOS ACABANDO
Mañana será el último capítulo de esta historia con un recuerdo a quienes durante ocho años mantuvieron viva la ilusión de crear algo distinto en su barrio. Aquel barrio de calles sin asfaltar, de estadas y pisos baratos donde la droga tenía sus lugares y la vida no era fácil supo salir adelante y hoy saluda a aquellos tiempos con el orgullo de haber vivido con ilusión muchos momentos bonitos.
La necesidad de apoyar movimientos populares del Consejo Superior de Deportes franquista nos hizo vivir muchos años pero cuando pasó el achuchón de la transición volvieron a lo suyo: la élite siempre por delante y si viene con el cazo puesto mejor que ayudar a unos ilusos que no tienen ni idea de dónde se meten. Quizá es verdad: no teníamos conciencia del mundo que nos rodeaba y que sigue asomando hoy en día en las cuatro esquinas.
La actitud del ayuntamiento nos dolió más y provocó el final del Club. Si el ayuntamiento franquista intentó detenernos, el ayuntamiento democrático quiso controlarlo por completo y al no conseguirlo fácilmente decidió invadirlo con el poder de sus presupuestos. Otra vez la falta de realismo de los directivos del Club hicieron que los enemigos consiguieran con más rapidez sus objetivos.
No puedo contar con objetividad el final porque estaba lejos, en Madrid, y los móviles y las redes sociales estaban por llegar pero sí he mantenido el contacto con muchos de aquellos monitores que ayudaron a crear esta historia. Me llevé de Can Oriach el cariño de muchas personas, el amor al baloncesto y la esperanza de que nuestra experiencia haya servido a muchas personas para tener recuerdos bonitos de aquellos años.
Me jodía mucho que no apareciera en ningún lugar nuestra existencia y, “agueliyo” ya, decidí volver al pasado durante 22 días…
Mañana cerramos la historia… pero queda abierta a quién quiera corregirla o ampliarla.
No se puede poner ningún punto ni ninguna coma a sus palabras, la perfección en vida Don Elías 👨🎓⛹️♂️⛹️♀️🏀👍
ResponderEliminarElías, esta historia merece un reencuentro, cena o comida, ahí lo dejo.
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