jueves, 31 de enero de 2013


NEGAR LO EVIDENTE TIENE UN NOMBRE: COSPEDAL
         Wert también tiene alguna idea buena, pocas.

                                                                   

            No voy a gastar tiempo en hablar de lo evidente porque ya anuncié que me he dado una semana sabática en el tema corrupción.
            Creo que gastamos más de lo que nos podemos permitir, somos un país al borde de la quiebra y con unas deudas difíciles de asumir. No somos Alemania ni Francia ni Finlandia y hemos de racionalizar en qué gastamos el dinero que tenemos para atender a las personas.
            Todo el mundo tiene claro, de boquilla, que la educación, la sanidad y la atención a la vejez son temas prioritarios para el país, pero tampoco dudamos de la necesidad de racionalizar el gasto. En España por encima de un currante siempre existen dos pensadores que no dan ni golpe y son reconocidos con un sueldo suculento, si suprimimos la superestructura quizá podamos llegar a las necesidades reales.
            Pero he comenzado a decir que le daría la razón a Wert, aunque me cuesta mucho. Se trata de los Bachilleratos. Existen al menos cinco especialidades de Bachillerato, si no inventan más. Cada IES (instituto) tiene unas pocas especialidades con gran cantidad de optativas que quedará muy bonito pero atacan directamente al erario público.
            Estoy cansado de ver cuatro alumnos en una clase de bachillerato de Humanidades o de Historia del Arte. Si recuerdo veinticinco niños en primaria o más de treinta en la ESO encuentro difícilmente justificable el mantenimiento de estas especialidades en tantos institutos. En el Bachillerato ya han seleccionado a la excelencia y parece correcto que sean más listos, hasta para coger el autobús.
            Suprimamos especialidades ruinosas y ofrezcamos, en horario de tarde, en un IES céntrico esas asignaturas ruinosas o esas especialidades de bachillerato poco elegidas. Una buena gestión, sobre todo poniendo a trabajar a los cargos directivos y a los liberados, implica una planificación de los recursos. No podemos tener al lado de casa todo lo que deseamos…
            Wert iría bien encaminado si el ahorro lo empleara en primero de primaria para prevenir fracasos posteriores, en bajar la ratio de las clases para hacer más humano el trato de los profesores con los adolescentes o en cubrir las bajas, que descuentan a los profesionales, con unos sustitutos adecuados.
            Siempre comenzaría a quitar aquellos dos pensadores, mal empleados, por cada currante pero tampoco olvidaría racionalizar el gasto. Quizá no somos tan ricos como para tener una universidad en cada provincia, quizá no podamos investigar el sexo de los ángeles, es posible que haya bachilleratos o carreras que me obliguen a desplazarme, es necesario acostumbrarnos a saber que los sobres llevan dinero como también las comodidades.
            Negar lo evidente está de moda. No solamente firman sin enterarte, también ignorar, por chapuceras, las evidencias escritas a mano. ¡País! ¡País!

No hay comentarios:

Publicar un comentario