CUATRO
IDEAS QUE COMPARTIMOS MUCHOS
República, estado laico, listas
abiertas en las elecciones, menos ejército…

Aprovechando
que el Ebro baja crecido por Zaragoza podría ser interesante plantear
soluciones a algunos de los problemas que nos están agobiando y que pueden
acabar con la sociedad del bienestar. Nuestro país, dentro del sistema
capitalista, necesita con urgencia consumidores para poner en marcha la rueda
del trabajo. Si se compra, las fábricas y los comercios funcionan y revitalizan
el empleo, más consumo… Se necesita que el dinero circule para que vuelva a
generar puestos de trabajo nuestro circo.
El
Estado debe planificar inversiones productivas que creen empleo:
infraestructuras, ayudas a la investigación, formación de profesionales para
sectores básicos como el turismo, ayudas a proyectos que generen puestos de
trabajo, desarrollar leyes que faciliten la inserción de los jóvenes en el
entramado productivo…
Esta
sociedad debe dar por concluido el periodo de la aclamada Transición y poner
fin a las reminiscencias del franquismo. Necesitamos elegir la forma de
gobierno en una pregunta directa, donde podamos decir no queremos al rey ni al
príncipe ni a la futura princesa. Es urgente una nueva ley electoral de listas
abiertas donde podamos elegir personas dentro de los partidos, es hora de que
marchen todos los políticos que se han instalado en el Congreso como si fuera
su casa. La política no puede ser una profesión, tiene que ser un servicio…
Deben
acabar los privilegios de la iglesia católica, incluidas las ayudas a la
enseñanza religiosa y los conciertos. Tenemos que exigir que respeten otras
formas de ver la sociedad y no intentar imponer sus puntos de vista: aborto,
matrimonio, adopciones, dios, la virgen, los ángeles, preservativos…
Nuestro
ejército debe perder privilegios y jefes. Somos un país de muchos a mandar y
pocos a trabajar y así no vamos a ningún sitio. Debemos retirarles los juguetes
(aviones modernos, fragatas imponentes…) costosos y dejar de ayudar a crear
guerras para imponer ideas en países lejanos. Un día hablaré despacio pero es
de los sectores que aún inspira miedo a los gobernantes.
Debemos
cambiar la constitución, es vieja y tendenciosa, y la justicia y quitar cosas
tan superfluas como el Senado. Simplificar el estado de las autonomías y hacer
más eficaz la organización del país entraría dentro de un sueño constituyente
que quitase caspa y vicios a la actual sociedad.
Siguen
negando las evidencias… tienen que regenerarse los partidos políticos.
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