martes, 8 de enero de 2013


VOLVEMOS A MADRUGAR, TENEMOS TRABAJO
         Los colegios e institutos intentan recuperar el ritmo perdido.
A muchos alumnos les gustan algunas asignaturas, no solamente jugar con los amigos.

                                         
                  
            Han comenzado las clases, ha vuelto la rutina del instituto o del colegio. Muchos abuelos descansarán de horas excesivas con los niños de sus hijos, otros volverán a la rutina de echar una mano al recoger y preparar la comida a los nietos. Los padres se sentirán liberados de tener a los niños todo el día en casa, disfrutaron un tiempo pero ya deseaban que alguien les echara una mano.

            Los profesores se han encontrado con unos alumnos que no guardaron bien los hábitos en la mochila y han perdido en unos días unos cuantos. Hablan sin respetar turnos, no han descansado bien, desean ser el centro de atención en todo momento y han perdido aquel ritmo de trabajo que deseaban inculcar el trimestre pasado. La clase de más de 30 alumnos vuelve a ser un campo de batalla a conquistar, una pelea por imponer orden en el desorden que ha impregnado muchos de sus días de vacaciones.

            Los padres siguieron mimando a sus hijos, se preocuparon de que tuvieran sus reyes brillantes a pesar de la crisis y olvidaron hasta el día de antes que había que preparar el regreso al centro de estudios. Acostarse a la hora, levantarse con tiempo, desayunar de forma adecuada, no saltar las reglas básicas de convivencia y trasmitir optimismo a la hija/o al volver a su ritmo de trabajo.

            Días de cambios que a unos les cuestan disgustos y otros descansan de responsabilidades. Los alumnos necesitan orden, normas y la vuelta al Colegio no les desagrada normalmente y no solo por los compañeros. Los medios de comunicación ayudan poco cuando todas las entrevistas ponen un cero a la educación, todos afirman que quieren volver al cole para ver y jugar con sus amigos. Está mal visto que un niño diga que le gusta la informática, hacer experimentos en el laboratorio, sacar buenas notas o aprender idiomas.

            Sabemos que no está adaptado el sistema a los gustos de los niños y adolescentes pero no podemos poner palos a las ruedas en la educación de nuestros hijos. Trasmitir la parte positiva del estudio debería formar parte de una sociedad que afirma respetar el sistema educativo. ¡Todos juntos en la misma dirección ayudamos a tener eficacia en la formación de las personas! Peleados tenemos menos oportunidades de convencer a nuestros hijos.

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