VOLVEMOS A MADRUGAR, TENEMOS
TRABAJO
Los colegios e institutos intentan recuperar el ritmo
perdido.
A muchos alumnos les gustan algunas asignaturas, no solamente jugar con los amigos.

Han
comenzado las clases, ha vuelto la rutina del instituto o del colegio. Muchos
abuelos descansarán de horas excesivas con los niños de sus hijos, otros
volverán a la rutina de echar una mano al recoger y preparar la comida a los
nietos. Los padres se sentirán liberados de tener a los niños todo el día en
casa, disfrutaron un tiempo pero ya deseaban que alguien les echara una mano.
Los
profesores se han encontrado con unos alumnos que no guardaron bien los hábitos
en la mochila y han perdido en unos días unos cuantos. Hablan sin respetar
turnos, no han descansado bien, desean ser el centro de atención en todo
momento y han perdido aquel ritmo de trabajo que deseaban inculcar el trimestre
pasado. La clase de más de 30 alumnos vuelve a ser un campo de batalla a
conquistar, una pelea por imponer orden en el desorden que ha impregnado muchos
de sus días de vacaciones.
Los
padres siguieron mimando a sus hijos, se preocuparon de que tuvieran sus reyes
brillantes a pesar de la crisis y olvidaron hasta el día de antes que había que
preparar el regreso al centro de estudios. Acostarse a la hora, levantarse con
tiempo, desayunar de forma adecuada, no saltar las reglas básicas de
convivencia y trasmitir optimismo a la hija/o al volver a su ritmo de trabajo.
Días
de cambios que a unos les cuestan disgustos y otros descansan de
responsabilidades. Los alumnos necesitan orden, normas y la vuelta al Colegio
no les desagrada normalmente y no solo por los compañeros. Los medios de
comunicación ayudan poco cuando todas las entrevistas ponen un cero a la
educación, todos afirman que quieren volver al cole para ver y jugar con sus
amigos. Está mal visto que un niño diga que le gusta la informática, hacer
experimentos en el laboratorio, sacar buenas notas o aprender idiomas.
Sabemos
que no está adaptado el sistema a los gustos de los niños y adolescentes pero
no podemos poner palos a las ruedas en la educación de nuestros hijos.
Trasmitir la parte positiva del estudio debería formar parte de una sociedad
que afirma respetar el sistema educativo. ¡Todos juntos en la misma dirección
ayudamos a tener eficacia en la formación de las personas! Peleados tenemos
menos oportunidades de convencer a nuestros hijos.
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