lunes, 7 de enero de 2013


OTRA METEDURA DE PATA DE LA IGLESIA CATÓLICA
         Si hubiera infierno tendría asiento reservado su jerarquía.
                                                   
Hoy no sabía que tema comentar. Messi, Del Bosque, Iniesta y Guardiola dan una imagen positiva del deporte rey que hace mucho tiempo que no existía, son dignos personajes de ese mundillo que influye tanto en la forma de soñar de muchísimos niños. Otro tema que tengo pendiente es el discurso del otro rey, el de las muletas, cada vez menos deportivo y honesto, que guarda las vergüenzas de su corona entre las preguntas dulzonas de un entrevistador impresentable.

Al final me he decidido a hablar nuevamente de Chávez. No se si está vivo o muerto, no conozco en profundidad la constitución venezolana, tampoco estoy seguro de si es multimillonario como afirman sus enemigos y no me fío de la información que me llega por la prensa española ni del gobierno de España.

Acaban de elegirle por abrumadora mayoría los venezolanos, en unas elecciones calificadas por personajes independientes como modélicas, y ya les han entrado las prisas a los perdedores para acusar a su partido de dar un golpe de estado. Pero si escribo hoy es para felicitar a la iglesia católica venezolana: no son más tontos porque no se entrenan, no son más malvados porque ya no se puede llegar más lejos. Amparados en la religiosidad imperante en Latinoamérica intentan ser los intérpretes de la constitución, dioses por encima de tribunales.

Está siempre tan lejos de los pobres, la jerarquía, que se olvida de las mejoras que en cuestiones sociales se han dado en Venezuela bajo el gobierno de Chávez. Quieren tanto la vuelta de los ricos al poder que ignoran el sentir actual del pueblo venezolano, expresado en votos. ¿Desean un pueblo oprimido, que sufra, para que busque el consuelo eterno que prometen? ¡Como debe sufrir la otra iglesia, la que trabaja en las chabolas junto a los necesitados, las injerencias de los obispos elitistas!

Quizá Chavéz ya esté muerto, quizá acaben con las ideas que vocifera con pocos modales, pero yo siempre preferiré a un gordo de discursos poco finos que se preocupa de la realidad de su pueblos a aquellos políticos con modales que machacan a las clases populares… y no miro a nadie.




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