domingo, 29 de septiembre de 2013

EL PAPA FRANCISCO NO SE CREE NADA DE LO QUE DICE
Vende humo sabiendo que no puede cambiar los dogmas y las estructuras de poder.
Marea la perdiz sin ponerse al lado de la iglesia de los pobres… que existe.
Vivir en una habitación no le convierte en reformista de nada…
            Cuando diga que los homosexuales no están enfermos, que la mujer tiene derecho a decidir sobre su embarazo si así lo desea, que el medio mundo separado no esté excomulgado, que los preservativos previenen enfermedades sexuales, que la mujer tiene los mismos derechos que el hombre…quizá podamos escucharle.
                            
             El viernes cenaba con mi amiga Casilda, una cena llena de cercanía, y ella me preguntó por qué no hablaba del papa Francisco y de su discurso aparentemente benevolente con la homosexualidad, el aborto, los anticonceptivos o la mujer. Le dije que escribiría el próximo día y aquí estoy para explicarme.
            Yo, en principio, al papa y a la jerarquía de la iglesia (hasta bastante abajo) no les creo nada que se aparte un milímetro de la doctrina dogmática y milenaria que se han montado para mantener el poder dando apariencia de iglesia a lo que es una secta bien organizada, y otorgando valor absoluto a los dogmas que se ha dado y a los personajes que ha elegido para conservarlos.
            Leyendo el evangelio uno puede sentirse identificado en muchos de sus apartados e incluso llevar en el corazón muchas de sus ideas como guía de conducta porque son universales o porque forman parte de nuestra educación. La mayoría de los dogmas son inventos producto de la lucha por el poder dentro de la iglesia que la han colocado en un camino sin retorno y en perpetua contradicción con los evangelios y su mensaje.
            Voy con el papa Francisco, que me iba por las ramas. Al día siguiente de la entrevista condenaba el aborto y aconsejara a los médicos católicos no practicarlo (a nadie, aquí los no creyentes que se jodan). La homosexualidad no es aceptada en ningún momento y siempre suelta aquello de “conocemos la opinión de la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar”. Si se arrepienten “quizá” dios les perdone pero al iglesia sigue erre que erre con la idea del asesinato, la enfermedad y la excomunión…
            Ha tenido tiempo para cambiar alguna cosa, él sabe que le dejarán hablar un poquito pero que no puede cambiar la doctrina y desde luego no le van a permitir perder ninguna de las poltronas que tienen sus cardenales, obispos y banqueros. Si se mete con ellos ya sabe que puede acabar asesinado por la curia como ya sucedió con frecuencia en tiempos pasados (y recientes).
            En España tienen la enseñanza religiosa para comenzar a decirnos que de verdad están con los débiles, con los necesitados. Imponer un porcentaje elevado de inmigrantes en sus centros con gratuidad absoluta, dejar que cursen sus masters (los de los jesuitas) alumnos brillantes sin medios de forma gratuita, renunciar a esos edificios donde viven los ricos y largarse a los barrios para competir con la enseñanza pública, escuchar lo que predican sectas dentro de su secta como el OPUS o los Kikos y condenar su elitismo o su forma retrógada de querer imponer a toda la sociedad sus creencias…
            Cuando proponga cambiar alguna cosa escucharé sus discursos de “papa queda bien”, “vendedor de humo” y ejemplo de nada en la iglesia que manda… con poder absoluto y, en determinadas situaciones, infalible (jejeje). Existe otra iglesia respetable, respetuosa y digna de admiración por su entrega y compromiso con los pobres y la justicia social, el día que esa parte de la iglesia sea el estandarte del papa Francisco podremos comenzar a pensar si es un cantamañanas, aspirante a ser asesinado, o un cristiano de verdad…
            La posición de la mujer en la iglesia no se puede ni llegar a comentar porque el trato que recibe hiere la sensibilidad de cualquier persona que no sea absolutamente machista o que se crea en una posición de superioridad sobre ellas…
           
Nota: Éste papa también dice tonterías, no quiero pensar si las hizo durante la dictadura argentina, como estas: “Con ocasión de mi problema de pulmón en el hospital, el médico me prescribió penicilina y estreptomicina en cierta dosis. La hermana que estaba de guardia la triplicó porque tenía ojo clínico, sabía lo que había que hacer porque estaba con los enfermos todo el día. El médico, que verdaderamente era un buen médico, vivía en su laboratorio, la hermana vivía en la frontera y dialogaba con la frontera todos los días.” (Ya sabéis enfermeras…los médicos no se enteran)


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