ELPIDIO JOSÉ SILVA, ME LO
PIDO
Era un gran magistrado hasta que decidió meter en la cárcel
a un “aforado”.
Los ricos y los políticos raramente son condenados, el país
no puede aprenden a respetar la justicia cuando los de arriba la pisotean
diariamente…
Desde
el tribunal constitucional, pasando por el supremo, hasta el último juez es muy
difícil encontrar personas independientes que piensen en la justicia antes que
en la promoción personal, la calaña del encausado o las deudas que tengo para
haber llegado a mi puesto. Evidentemente, cuanto más arriba más desprestigio, más
dependencia del pesebre del partido que te sustenta, más componendas para
acabar no hiriendo a los poderes fácticos por si las moscas.
Allí
acaban los poderosos siendo amnistiados sin reparo, por jueces muy dignos y
bien aposentados. Defienden a los ricos como si fueran hermanos, piden degollar
a los que acusan a su partido antes de buscar una justicia más limpia, expulsan
de la carrera judicial a quienes, después de veinte años de judicatura, se
equivocan con un poderoso. Antes eran jueces bonitos y hermosos, aplaudidos y ensalzados,
hasta que perdieron la cabeza y comenzaron a pensar en poner orden en las
andanzas de los sinvergüenzas ocultados tras las comisiones o las concesiones
para forrarse con el dinero de los ciudadanos, son declarados culpables,
ineptos y poco preparados. (Garzón, Silva,…).
Los
de abajo cometemos cuantas tropelías pequeñas podemos inventar porque vemos
como se las gastan los que tenían que respetar las normas y ser castigados por
defraudar a la justicia o a hacienda. Este país se ha acostumbrado a saltarse
la ley porque no cree en la justicia y ésta no se hace respetar porque es el hazmerreír
del país. Solamente unos ejemplos:
Mato
sigue siendo ministra y Cristina infanta, respetadas por no ver el deportivo en
el garaje o por pagar con la tarjeta de la empresa que no sabes que es tuya las
facturas millonarias de tu casa.
Urdangarín,
pienso que un pagano cogido in fraganti por copiar a los que tenía al lado, en
la calle porque quizá alguien tenga miedo de que pueda cantar más que Bárcenas.
Todos
cuantos recibieron sobresueldos en el PP, borraron ordenadores, otorgaron favores
a empresas a cambio de comisiones, recibieron viajes o regalos millonarios,
todos cuantos figuran en los papeles de Bárcenas, culpables para mi, han
acabado metiendo en la cárcel a un desgraciado que cogió unos pocos millones.
¡¡No quiero imaginarme los que habría en esa caja negra para que no notaran la
falta de su pellizco!! Y solamente él en la cárcel…
Blesa,
y cuantos manipularon a favor de sus partidos y amigos como un huerto de oro
las cajas de ahorros, están en la calle y entre todos pagando sus robos y
desafueros. No son inocentes, son culpables de conceder favores y créditos que
sabían impagados, pero se cargan al juez porque no respeta la intimidad de un
imputado al que hay que demostrarle sus delitos.
Ya
no hablo de las comisiones del rey, de los indultos a banqueros, de la vara de
medir que tienen con algunos delitos y como castigan por cosas ridículas, de un
país que permite ascender y sacar pecho a Carromero, un transgresor confeso y
pillado…
La
justicia es lenta y su lentitud favorece a los poderosos y castiga a los de
abajo, para ellos prescribe el delito o son indultados, los de abajo visitan la
cárcel como norma antes de esperar esos siete y ocho largos años para escuchar
un dictamen de inocencia o culpabilidad.
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