martes, 31 de diciembre de 2013

ELPIDIO JOSÉ SILVA, ME LO PIDO
Era un gran magistrado hasta que decidió meter en la cárcel a un “aforado”.
Los ricos y los políticos raramente son condenados, el país no puede aprenden a respetar la justicia cuando los de arriba la pisotean diariamente…

                                      
                                  
         Creo que la justicia de este país es el principal causante de todos los desastres que acontecen en nuestra geografía. Hemos aprendido desde hace muchos años que entrar en pleitos es perder seguro aunque te den la razón y que si te meten en un juicio ya te tienen jodido para unos cuantos años, si no eres rico o político.
            Desde el tribunal constitucional, pasando por el supremo, hasta el último juez es muy difícil encontrar personas independientes que piensen en la justicia antes que en la promoción personal, la calaña del encausado o las deudas que tengo para haber llegado a mi puesto. Evidentemente, cuanto más arriba más desprestigio, más dependencia del pesebre del partido que te sustenta, más componendas para acabar no hiriendo a los poderes fácticos por si las moscas.
            Allí acaban los poderosos siendo amnistiados sin reparo, por jueces muy dignos y bien aposentados. Defienden a los ricos como si fueran hermanos, piden degollar a los que acusan a su partido antes de buscar una justicia más limpia, expulsan de la carrera judicial a quienes, después de veinte años de judicatura, se equivocan con un poderoso. Antes eran jueces bonitos y hermosos, aplaudidos y ensalzados, hasta que perdieron la cabeza y comenzaron a pensar en poner orden en las andanzas de los sinvergüenzas ocultados tras las comisiones o las concesiones para forrarse con el dinero de los ciudadanos, son declarados culpables, ineptos y poco preparados. (Garzón, Silva,…).
            Los de abajo cometemos cuantas tropelías pequeñas podemos inventar porque vemos como se las gastan los que tenían que respetar las normas y ser castigados por defraudar a la justicia o a hacienda. Este país se ha acostumbrado a saltarse la ley porque no cree en la justicia y ésta no se hace respetar porque es el hazmerreír del país. Solamente unos ejemplos:
            Mato sigue siendo ministra y Cristina infanta, respetadas por no ver el deportivo en el garaje o por pagar con la tarjeta de la empresa que no sabes que es tuya las facturas millonarias de tu casa.
            Urdangarín, pienso que un pagano cogido in fraganti por copiar a los que tenía al lado, en la calle porque quizá alguien tenga miedo de que pueda cantar más que Bárcenas.
            Todos cuantos recibieron sobresueldos en el PP, borraron ordenadores, otorgaron favores a empresas a cambio de comisiones, recibieron viajes o regalos millonarios, todos cuantos figuran en los papeles de Bárcenas, culpables para mi, han acabado metiendo en la cárcel a un desgraciado que cogió unos pocos millones. ¡¡No quiero imaginarme los que habría en esa caja negra para que no notaran la falta de su pellizco!! Y solamente él en la cárcel…
            Blesa, y cuantos manipularon a favor de sus partidos y amigos como un huerto de oro las cajas de ahorros, están en la calle y entre todos pagando sus robos y desafueros. No son inocentes, son culpables de conceder favores y créditos que sabían impagados, pero se cargan al juez porque no respeta la intimidad de un imputado al que hay que demostrarle sus delitos.
            Ya no hablo de las comisiones del rey, de los indultos a banqueros, de la vara de medir que tienen con algunos delitos y como castigan por cosas ridículas, de un país que permite ascender y sacar pecho a Carromero, un transgresor confeso y pillado…

            La justicia es lenta y su lentitud favorece a los poderosos y castiga a los de abajo, para ellos prescribe el delito o son indultados, los de abajo visitan la cárcel como norma antes de esperar esos siete y ocho largos años para escuchar un dictamen de inocencia o culpabilidad.

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