martes, 17 de diciembre de 2013

PENOSA PARCIALIDAD DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Todos sabemos que no son objetivos y miramos el qué dice lo que menos nos desagrada… o ninguno.
La prensa rosa ha acabado formando parte de nuestras vidas. Si no la vemos estamos fuera de muchas conversaciones…

                                           


            Creo que estamos quedándonos con una prensa inaceptable para una democracia y que está haciendo daño a la sociedad. Todos tenemos claro que son PARCIALES, arriman el hombro hacia quienes les mandan y carecen de objetividad. Sabemos que según que periódico o canal conectamos tendremos una noticia u otra sin esperar un mínimo de objetividad y respeto. Esto se extiende también a los medios de comunicación públicos que están siendo mangoneados por el poder político sin ningún rubor.
            Me molesta que estemos asistiendo a unos informativos partidistas, tanto a nivel interno como internacional. Si hablan de Siria sabemos que tiene la culpa el gobierno, ni siquiera sabemos quien habita entre los rebeldes. Si mencionan a Venezuela, el doble demonio Chavez-Maduro apaga la luz o roba las elecciones al angelito de Capriles que representa los intereses de los pobres venezonalos a los que les han robado la democracia…en las urnas. Si hablamos de Irak, de Libia, de Afganistán, de Egipto (de este golpe de estado ya ni hablan) y de tantos países, desestabilizados por occidente, nunca encontramos una crítica a los desastres que hemos provocado para favorecer los intereses económicos de algunas empresas. Son una joya plena de objetividad…
            Al elegir las noticias están por el morbo y desaparecen cuando no interesa tapar algo más gordo. Un mes parece que Urdangarín y la infanta están ya cerca de la prisión y durante el mes siguiente no hay ni un seguimiento de los desastres que se suceden a su alrededor. Blesa, Bárcenas, Mato, Cospedal, corrupciones mil de todos los colores van apareciendo y desapareciendo para dar al ciudadano la sensación de que todos los españoles somos iguales, unos chorizos impresentables. Quiero creer que quedan alguno que no ha metido la mano en la caja…
            La prensa va contando la violencia de género, los asesinatos, los accidentados, los robos, lo malo que son los que trafican con droga, los degenerados que utilizan la pornografía infantil como negocio, la prostitución en la calle… el Caso de los años cincuenta no podría hacerles competencia. Ningún esfuerzo por hacer otro tipo de informativos, aunque sean menos vistos.
            Es verdad que cada uno ve lo que le da la gana y lee lo que quiere pero estamos llegando a unos niveles de utilización del cotilleo y el morbo que roza los límites de lo que se puede aguantar. Soy de las personas que al pasar de canal en canal se para en las tardes de TL5 o de TV1, soy de las personas que ve esos programas de los sábados por la noche que nos han robado la tranquilidad, el buen cine y la música. Creo que me puedo considerar una persona que acaba deteniéndose en estos sitios porque los otros son todavía menos atractivos. Si tienes a la princesa del pueblo, a la familia de Rocío o de Pantoja no te da tiempo a respirar, son como el gobierno continuos montadores de historias para distraernos de pensar en los robos que están perpetrando quienes nos gobiernan, en dinero y libertades.
            Parecía que el 21 % de IVA era una broma teórica pero cada día nos quita poder adquisitivo. El precio de la gasolina ha dejado de ser objeto de comentario porque proporciona pingües ingresos al estado. El paro real, que crece cada mes, lo tiñen de recuperación sin analizar los datos. Los cursos de formación son una pelea de gallos por conseguir el pastel de gestionarlos sabiendo de la muy escasa eficacia que tienen a nivel real si no es entretener y subvencionar el silencio del parado.
Tantos temas que podría ir desgranando una prensa diferente…pero quizá si hablarán claro ya haría mucho tiempo que la calle estaría llena de protestas y este país camino del cambio. Se acerca la luna llena, ni con ella podremos soñar que los dueños de los medios de comunicación dejen que nos informen con objetividad del mundo que nos rodea

            

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