QUIEREN QUE NADIE PROTESTE
Intentan atemorizar a la sociedad para que se quede en el
sofá viendo la televisión.
A los mayores nos están asustando, los jóvenes creo que aún
no se han dado cuenta de lo que es ir perdiendo una a una las libertades…
Primero el paro, luego el desahucio, mañana el botellón,
dentro de un mes un porro pueden ser el inicio de una vida al margen de la ley…
Se buscan...
Buenas
noches. Desde hace unos meses tengo la sensación de que quieren que sea un
ciudadano tranquilo, recluido en sus cuatro comodidades básicas, contento de
haber nacido en este lado y agradecido al gran dios de la derecha porque
preservará mi integridad y mis privilegios. Si quiero seguir viviendo tranquilo
debo dejar de preocuparme por los que viven en el otro lado o por lo que hacen
los políticos para cuidar mi bienestar.
Eso
de manifestarse contra lo que no me gusta está muy mal, molesta a quienes viven
o circulan por aquellas calles y los comercios tienen que cerrar su negocio
porque pasan unos vándalos que destruirán cuanto encuentren a su paso. Así que
manifestaciones las justas para dar apariencia de demócratas pero nada de
tomarse las cosas en serio. Si te pega un policía ni se te ocurra defenderte o
hablarle alto, si te pega te lo mereces por estar en el lugar inadecuado, si
animado por las cargas policiales te indignas y gritas con el grupo “asesinos”
puedes caer en el fondo del calabozo con una multa que no pagas con un año de
trabajo.
Ahora
dicen que los vigilantes también podrán detenerte, entregarte a la policía y
colocarte una multa. ¡A ver quién les tose! Y siempre su palabra contra la tuya
sabiendo que la tuya vale menos y eres
sospechoso antes de abrir la boca. Cuando te claven una multa, que no puedes
pagar, nadie explica que te pasará.
-
Me declaro insolvente y que me busquen.
Me gustaría
ver la letra pequeña para saber que harán con esos miles de ciudadanos multados
e insolventes que tienen ahorros, sueldos, pisos, coches, motos… Si eres un
ciudadano que nació en el lado bueno estarás pensando en quedarte en casa
porque no está nada claro cuanto te costará salir a decir lo que piensas sobre
los desahucios, los despidos, los contratos basura o la corrupción.
Si soy un
padre con un joven de 17 años, que de vez en cuando hace botellón o sospecho que
fuma algún porro, ya estoy fundido. A la preocupación por los accidentes de
coche, a la inquietud por la hora de llegada, tendré que sumar la desazón de si
le clavarán una multa de la que me harán responsable por ser un progenitor poco
eficaz en educar correctamente a su vástago. Si por un casual alguna
adolescente se queda embarazada y decide abortar como padre ya puedo comenzar a
temblar porque estoy a punto de ser cómplice de asesinato preparado con
nocturnidad, alevosía y billetes al extranjero, si decido ayudarla.
Si unos vecinos que son buena gente,
en un barrio humilde, no pueden pagar su alquiler y estén a punto de ser
puestos en la calle, con sus hijos pequeños, mejor cerrar las ventanas para no
oír sus gritos. Son gente que no cumple lo que firma, tiene hijos sin pensar
como mantenerlos y se piensan que pueden ocupar la propiedad de una persona
responsable. ¡Y si es un banco no te pongas en medio que pueden acusarte de
intentar acabar con el sistema capitalista y con los fundamentos de la sociedad
del bienestar! ¡Dónde vamos a parar si no respetamos la propiedad privada!
Lo políticos están
mucho más blindados que la policía. Sus lugares de reunión, aquello que llaman
parlamento, es un lugar sagrado reservado a las personas elegidas por un dios
sabedor de lo que hace. Ungidos del don de la intocabilidad y también protegidos contra gritos, pancartas
y miradas de protesta… ¡Cómo a vulgares ciudadanos se les puede ocurrir que sus
mentiras son humanas y criticables! Por encima del bien y del mal navega una
turba de intocables con derecho a pernada y patente de corso para disfrutar de
sueldos suculentos, pensiones deliciosas, dietas que yo querría como sueldo y
retiros remunerados por los agraciados con su poder decisorio.
Sentado en el
sofá sonrío de lo inteligente que soy quedándome en cada viendo el partido de fútbol.
Si alguien tiene problemas que proteste que yo no quiero perder nada de lo que
tengo. Las calles vacías, la luna triste, los policías y los políticos en su
olimpo, los bancos felices… ellos sabían que estaban arreglando el país, ya
nadie protesta.
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