NO ME GUSTA COMO CAZA LA PERRINA …
No me fío para nada de CiU (copia barata del PP) ni de la Esquerra Republicana
surgida de la crisis.
No espero que Pinocho y el PSOE tengan tranquilidad para el
problema que se plantea, les falta credibilidad.
En tiempo de crisis es fácil jugar con la mala leche del
personal.
Hoy
es uno de aquellos días en que no tengo que pensar sobre que escribo porque la
actualidad de Catalunya manda sobre cualquier otro tema. Todos los que me leen
saben que hay pocas personas con más ganas que yo de que desaparezca el
gobierno de Pinocho y acólitos y no por sus mentiras sino por lo que significan
de continuadores del fascismo que soportamos todos los españoles, no solamente
los catalanes independentistas, que también.
Explicado
que no tengo nada que ver con la
España profunda, a la que atacan los independentistas, voy a
intentar aclarar mi punto de vista que, dicho sea de paso, cada día es menos
claro por las ingerencias de personajillos que calientan el ambiente de forma
descarada en busca de votos fáciles. Hace unos días pensaba que solamente
habría una pregunta y una fecha que decidiría, de forma solitaria, Esquerra Republicana
de Catalunya. Hoy todos sabéis que estaba equivocado, hay preguntas
consensuadas por unos cuantos partidos que obligarán a posicionarse a todas las
instituciones y crearán un clima de violencia contenida que no le deseo al peor
de mis enemigos.
Yo
con CiU (pobre copia catalana del PP), que ha conducido a la bancarrota a este
país, que es responsable de la carencia de infraestructuras por la ineficacia
de la gestión de los gobiernos con poder de Pujol y que está llevando a cabo
unos recortes sociales inaceptables, ni agua ni vino. Me caen mal, muy mal. Su 3
%, sus ITVs, sus inconsecuencias, su defensa de los poderosos, su olvido de la
enseñanza pública… me producen urticaria. No puedo pensar que el país vaya
mejor con el dandi que con Pinocho.
Esquerra
de Catalunya no me da más confianza. Creo que no sabe que es la mano izquierda
y la derecha. Le da lo mismo un roto que un descosido. Parece no afectarle que
las políticas de CiU se perpetúen un año más (son personas jodidas por el paro,
la pobreza…, no son ideas) con tal de conseguir recuperar los votos que ya
olvidó cuando los tuvo. En las elecciones de 2010 sacó menos del 7 % de los
votos y ya estábamos en época de vacas flacas, en 2012, con Oriol al frente,
consiguieron el 14 % de las papeletas y era la opción independentista. ¿De
dónde ha surgido esa mayoría inapelable de independentistas a los que no se les
ha explicado que quieren hacer después y solamente les cuentan como nos roba
España? No olvidemos que un partido minoritario, como el PSC, tiene 92.000
afiliados y Esquerra no llega a 10.000.
En tiempo de crisis no cambiar. Esta
idea de un Ignacio, jesuita para más señas del valle de Loyola, es algo que me
ha regalado para mi vida personal y que acostumbro a utilizar cuando las cosas
se tuercen. España entre el paro, la pobreza, Merkel, Pinocho, Más, despidos
baratos, contratos basura y jubilados en espera del garrotazo, está en la mayor
crisis que yo he conocido y es una crisis que afecta al sistema capitalista, no
solamente a nuestro país. Aunque nos importe tres pepinos, hay mucha miseria en
España, aunque aparezcan impresentables que nos hagan odiarla, y no es el mejor
momento para ser insolidarios. Igual que la Europa rica cuida, por interés propio, de sus
mercados del sur, con sus ayudas, así ha hecho Catalunya durante años con las
autonomías más pobres. Todo estaba pactado hasta que llegó la crisis y con ella
el momento para algunos de medrar de forma fácil sacando los peores instintos
de muchos habitantes de este país. Es tiempo de calma y los buscadores de
gangas se empeñan en engañar a los ciudadanos.
Iniciativa
per Catalunya debería practicar la esencia del engaño. Creo que no tiene
sentido que tomen decisiones de este calado sin dejar decidir a su electorado
antes de tomar una postura impuesta claramente por los independentistas y la
necesidad de CiU de aprobar unos presupuestos impresentables. Se embarcan
alegremente en una película que da votos sin aclarar las consecuencias de dos
sis a las preguntas planteadas.
Creo
que existen personas que sienten la necesidad de una Catalunya independiente y
me merecen el máximo respeto. Creo que el gobierno del PP nos ha dado motivos
sobrados para odiar al gobierno del Estado por sus continuas fechorías y que
los políticos no están ayudando en nada a mantener la calma en la crisis e
intentan ocultar los fracasos de las medidas económicas y de los recortes con
cantos de cisne que nos llevan a enfrentamientos llenos de aire y postergan
buscar soluciones a la vida real.
La
gente está muy jodida en el otro lado. Creo que en algún momento se planteará
con serenidad el tema de la independencia pero que no se tape bajo el manto del
derecho a decidir en tiempos de crisis y sin información. Esperemos que
comiencen a transitar algunos por este camino y no se mantenga día si, día
también, el enfrentamiento.
Quizá
me estoy haciendo mayor. Quizá me estoy volviendo conservador. Me parece que es
un proceso que necesita calma para madurar, no aprovechar el cabreo que provoca
la crisis y Pinocho para excitar los más bajos instintos del personal. Eso ya
lo dominan Le Pen y compañía y nosotros no tenemos nada que ver con ellos.
Pero
sigo preguntándome: ¿Cómo tenemos una mayoría absoluta de independentistas
confesos si hace nada eran menos del 10 %?
No sé de donde sacas ese menos del 10% la gente a favor de la independencia en Cataluña siempre ha sido un grupo importante, creo que entre el 30% y 40% en el cual yo no me encuentro. No caigas en el error de minusvalorar algo que siempre ha sido un tema importante, por mucho que ahora "muchos se hayan subido al carro". Pero aqui el enfado y la indignación no viene de querer o no independencia, sino de la represión del derecho a manifestarse, de poder ejercer el derecho democrático, pocos quedan los que de verdad reconocen el verdadero significado de la palabra democracia. Los que defienden la independencia lo hacen con argumentos partidistas y falacias y los que van en contra de la independencia no utilizan mejores argumentos, por lo que no hay argumentos sólidos, solamente emociones viscerales.
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