¡¡¡ FELIZ AÑO !!! 

No todo fue negativo en el 2020, nos ha hecho valorar muchas cosas. 

Los amigos, el tiempo, la vida, los abrazos, los olvidos... 

Ahhh, y también ha comenzado a sonar fatal la palabra CORONA. 

Voy a contaros la parte que aprendí yo... 

                           

  Cuando en marzo cambió nuestra vida lo primero que sentí fue miedo porque veía que las personas se iban en siete días sin previo aviso si las visitaba el virus. Y yo solamente tenía una vida a la que amaba, aunque ya no le quedara mucho camino por los 70 años que había disfrutado ya. Comencé a ser consciente del valor de cada semana, de cada mes, de cada año, algo sobre lo que antes solamente pensaba de vez en cuando. 

El valor del tiempo que tenemos. Con la pandemia desaparecieron muchas cosas que hacíamos rutinariamente y nos regaló momentos para dedicarnos a personas y distracciones que elegíamos. El tiempo se hizo más largo, un regalo que no siempre había valorado. Cruzar el año me hace entrar en el 2021 con el deseo de emplear mi tiempo en las personas que quiero y en las actividades que me apetecen. 

Evidentemente los amigos se fueron distanciando, las comidas, las cenas, los abrazos, parecía que el mundo se acababa y se reducía a paseos rutinarios huyendo de las personas como si transportaran algo malo. Los teléfonos, los correros, los paseos por el campo acabaron manteniendo cerca a la mayoría de las personas que estimamos. Ahora tenía más valor el mirarnos a los ojos y sentir sus voces, aunque no tuviéramos una copa o un plato delante. Todos haremos una selección que nos permitirá comenzar la normalidad, si llega, eligiendo con quienes compartimos el tiempo. 

No dependemos tanto del consumo, podemos vivir contentos con pocas cosas, no necesitamos comprar compulsivamente, podemos pasear mirando cada regalo de la naturaleza y hemos aprendido que el tiempo es un tesoro para mimarlo y no desperdiciarlo. 

          El rey debe estar pensando en dejar la corona... el bicho es dañino.