miércoles, 26 de noviembre de 2025

 

                                    CAN ORIACH

    Ya sabéis que hacen un homenaje al Club Deportivo Escolar Can Oriach a través de mi persona. Sabéis también que se hará en la Asociación de vecinos de Can Oriach el viernes a las 7 de la tarde. Yo estaré a las 18 30 para saludar a quién quiera recordar el Club conmigo, espero que seamos muchos los que compartamos el momento.

    Hoy en internet aparece una entrevista que me hicieron en el Diari de Sabadell y me imagino que mañana estará en el periódico.

    Para quedarme tranquilo quiero contar que los 10 años que viví en Can Oriach me sentí como en mi casa y ahora lo considero un poco como mi pueblo. Siempre me sentí seguro y rodeado de personas que nada tenían que ver con la droga. La droga era un problema general de la sociedad y “las columnas” de Can Oriach un rincón en aquel barrio.

    El artículo no se extiende mucho sobre los maestros y los monitores.

    Sin los maestros hubiera sido imposible el acceso a las escuelas y llamar la atención de los alumnos hacia el deporte; una veintena entrenaban dos días a la semana a sus equipos y les acompañaban los sábados a los partidos: sin cobrar un duro más bien gastando su dinero con sus jugadores. ¿Podéis imaginarlo? Los conserjes tampoco habrían tenido el aguante y la amabilidad que mostraron todos aunque fuera sábado o domingo, días de no ver niños…

    Sin los monitores no se puede imaginar la movida de 90 equipos los sábados por el barrio. Desde los 15 años entrenaban y jugaban con sus equipos los sabados. Tienen nombre y apellidos en mi memoria, personas que vivieron conmigo la alegría de ver disfrutar a los escolares por las escuelas del barrio. Además arbitraban y hacían de mesa en los partidos. Nadie puede imaginar, ni yo, el ambiente que se respiraba entre ellos aunque sus equipos se disputasen los triunfos. Ni un altercado, ni una pelea...ufff… como olvidarlo.

    Los cuatro equipos femeninos y los cinco equipos masculinos federados eran más competitivos, hasta un junior femenino quedó campeón de la provincia de Barcelona y el senior subía de categoría. Solamente el Joventut de Badalona tenía equipos federados en las ocho categorías. El clima que se respiraba entre los jugadores de los distintos equipos era algo muy bonito. Nadie pagaba por jugar o viajar, tampoco estaban los bolsillos para dispendios.

Ellos fueron los que hicieron posible el milagro, un sueño que duró 7 años y que los pocos apoyos que tuvimos acabaron con su existencia.

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