lunes, 5 de junio de 2017

CUANDO UNO METE LA PATA…
Lo primero reconocer mi desconocimiento de la poesía de Juan Goytisolo, ayer leía algunos de sus poemas y no me gustaban para el Blog.
Después Internet me llevó a una confusión cargada de prisas e incultura al confundir a los dos hermanos.
¡Procuraré no ir tan deprisa en las próximas mil entradas!
Agradecer a Lino que estuviera al loro y que me permitiera avisar de mi error.
                  
                           Resultado de imagen de caricatura de meteduras de pata

            Lo primero agradecer a Lino que lea mi blog muchos días y que a sus excesivos “me gusta” ayer tuviera la delicadeza de indicarme mi metedura de pata. Fue un detalle bonito que valoré muy positivamente. Por un momento pensé en borrarlo para ocultar a mi persona, y a quienes entran a leer el blog, el error pero finalmente decidí dejarlo como muestra de mi incultura, de mis prisas y como constancia de una equivocación.
            Cuando me fui a dormir estaba enfadado conmigo mismo pero después se me fue pasando y hasta sentí una sensación de alivio al haber dejado el blog con el error. Cuesta reconocer cuando te equivocas pero no es malo el aceptarlo porque te hace consciente de tus limitaciones y eso posibilita el intentar aprender (a la vejez viruelas) a hacer mejor las cosas.
            A Juan Goytisolo le dedicaré un párrafo “copiado” como desagravio. Es la imagen que siempre he tenido de él cuando le escuchaba en las entrevistas o le leía en el País.

            “La ruptura que ha llevado a cabo Juan Goytisolo es doble. Es, primero, una ruptura ética, porque ha ido contra la hipocresía, los prejuicios, los hábitos mentales y las represiones no sólo de sus paisanos sino del hombre en general, de todos nosotros, los que porfiamos en sobrevivir enmascarados. Pero esa ruptura ha sido también estética: pulverizar las formas, renegar de los vehículos establecidos, proponer un nuevo pacto literario, no son sino prolongaciones necesarias, imprescindibles, de aquella ruptura ética.

            No pego ninguna de sus poesías porque me gusta más el optimismo y la sencillez de los poemas de su hermano. Me gustaba tararear “Había una vez un lobito bueno…”


Nota: Metedura de pata sin justificación alguna. La cara “coloraa” de mi incultura y, de nuevo, dar las gracias a Lino por su aviso lleno de tacto y cariño.

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