LA
RELIGIÓN AHOGA AL ESTADO LAICO
Ya
no es solamente el control de la educación de las futuras clases dirigentes.
Tampoco
se conforman con los privilegios fiscales y aportaciones del dinero público.
Ahora
han decidido que además de coronas quieren medallas a para María.
Había una vez una familia pobre en
un pueblo de Palestina, eran judíos y el padre era carpintero. No sabemos cuántos
hijos tuvieron pero a uno, que se llamaba Jesús, parece que le concibieron de
forma extraña porque su madre ha sido entronizada, siglos después, como virgen.
No podemos fiarnos mucho de cuanta información ha aparecido en los evangelios
porque se escribieron desde lejos y por personas que ya habían bebido la
ciencia de un predicador llamado Pablo.
El caso es que a Jesús le
convirtieron en Dios (en comunión con otras tres personas, una en forma de
paloma) y le coronaron (faltaría más) con espinas. Parece que era muy crítico
con la sociedad en la que nació y no midió bien sus fuerzas al enfrentarse con
ella y acabó crucificado. Los mensajes que se elaboraron en torno a su figura
fueron hermosos, atrayentes, llenos de amor y bienvenidos por los poderosos por
aquello de felices los pobres, los sumisos y llorones en este valle que es la
Tierra.
La Figura de la Virgen la hicieron
cercana y nos enseñaron a venerarla en aquella España de la Cruzada. El fervor
popular sigue existiendo y millones de españoles dudan de la Iglesia pero no
consentirían una palabra ofensiva contra SU Virgen, porque ha acabado habiendo
cientos según el lugar de nacimiento de cada uno y a ella se dirigen cuando
vienen mal dadas o cuando hay que soñar con imposibles.
Hubo un ministro del interior que,
sabiendo de votos y cilicios, decidió ponerle medallas además de las coronas
que llevaban. Viniendo de quién venían las condecoraciones daban más motivo a
la risa que al cabreo. Hasta aquí todo andaba por los cauces normales y
esperables. Un día 6000 vecinos (de 120.000 habitantes) firmaron un petición al
ayuntamiento de Cádiz para que le otorgará la medalla de la ciudad a SU Virgen
del Rosario.
El estado seguía siendo laico pero
cualquiera se atreve a negar una medalla a la Virgen, con la iglesia hemos
topado. Ningún grupo político, y eran más de cuatro, se atrevió a llevarles la
contraria, los votos son los votos, y solamente uno se abstuvo para no ponerse
excesivamente colorado. Yo me reía cuando lo hacía el Meapilas pero ahora me
entran ganas de llorar porque cada día se respetan menos cosas en este país.
Respetar las creencias de cada uno
es una norma necesaria pero obligarles a que se mantengan en su intimidad sin
invadir el espacio común es una obligación. Las medallas para nadie pero si se
ha de dar alguna que se piense en no herir sensibilidades…
No quiero imaginarme qué pensaría la
mujer de aquel carpintero de Nazaret si abre los ojos para ver cómo un alcalde PODEMOS
le impone su medalla.
La entrega de medallas, sea a quién sea y por el motivo que sea, es un asunto muy discutible y más en este país, pero que sea a una imagen y entregada por un alcalde de Podemos ya roza el sublime ridículo. Hasta cierto punto a una persona se la pueden reconocer sus méritos o heroicidades, pero a una imagen que podemos reconocer como mérito?
ResponderEliminarTu si que tienes mérito al hacer comentarios sobre la actualidad con cierta frecuencia. Un abrazo.