martes, 6 de junio de 2017

LA RELIGIÓN AHOGA AL ESTADO LAICO
Ya no es solamente el control de la educación de las futuras clases dirigentes.
Tampoco se conforman con los privilegios fiscales y aportaciones del dinero público.
Ahora han decidido que además de coronas quieren medallas a para María.

                     Resultado de imagen de fotografia de una virgen condecorada
  
            Había una vez una familia pobre en un pueblo de Palestina, eran judíos y el padre era carpintero. No sabemos cuántos hijos tuvieron pero a uno, que se llamaba Jesús, parece que le concibieron de forma extraña porque su madre ha sido entronizada, siglos después, como virgen. No podemos fiarnos mucho de cuanta información ha aparecido en los evangelios porque se escribieron desde lejos y por personas que ya habían bebido la ciencia de un predicador llamado Pablo.
            El caso es que a Jesús le convirtieron en Dios (en comunión con otras tres personas, una en forma de paloma) y le coronaron (faltaría más) con espinas. Parece que era muy crítico con la sociedad en la que nació y no midió bien sus fuerzas al enfrentarse con ella y acabó crucificado. Los mensajes que se elaboraron en torno a su figura fueron hermosos, atrayentes, llenos de amor y bienvenidos por los poderosos por aquello de felices los pobres, los sumisos y llorones en este valle que es la Tierra.
            La Figura de la Virgen la hicieron cercana y nos enseñaron a venerarla en aquella España de la Cruzada. El fervor popular sigue existiendo y millones de españoles dudan de la Iglesia pero no consentirían una palabra ofensiva contra SU Virgen, porque ha acabado habiendo cientos según el lugar de nacimiento de cada uno y a ella se dirigen cuando vienen mal dadas o cuando hay que soñar con imposibles.
            Hubo un ministro del interior que, sabiendo de votos y cilicios, decidió ponerle medallas además de las coronas que llevaban. Viniendo de quién venían las condecoraciones daban más motivo a la risa que al cabreo. Hasta aquí todo andaba por los cauces normales y esperables. Un día 6000 vecinos (de 120.000 habitantes) firmaron un petición al ayuntamiento de Cádiz para que le otorgará la medalla de la ciudad a SU Virgen del Rosario.
            El estado seguía siendo laico pero cualquiera se atreve a negar una medalla a la Virgen, con la iglesia hemos topado. Ningún grupo político, y eran más de cuatro, se atrevió a llevarles la contraria, los votos son los votos, y solamente uno se abstuvo para no ponerse excesivamente colorado. Yo me reía cuando lo hacía el Meapilas pero ahora me entran ganas de llorar porque cada día se respetan menos cosas en este país.
            Respetar las creencias de cada uno es una norma necesaria pero obligarles a que se mantengan en su intimidad sin invadir el espacio común es una obligación. Las medallas para nadie pero si se ha de dar alguna que se piense en no herir sensibilidades…
            No quiero imaginarme qué pensaría la mujer de aquel carpintero de Nazaret si abre los ojos para ver cómo un alcalde PODEMOS le impone su medalla.

            

1 comentario:

  1. La entrega de medallas, sea a quién sea y por el motivo que sea, es un asunto muy discutible y más en este país, pero que sea a una imagen y entregada por un alcalde de Podemos ya roza el sublime ridículo. Hasta cierto punto a una persona se la pueden reconocer sus méritos o heroicidades, pero a una imagen que podemos reconocer como mérito?
    Tu si que tienes mérito al hacer comentarios sobre la actualidad con cierta frecuencia. Un abrazo.

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