EXISTEN
OTROS MUNDOS
La
mayoría de la población del mundo no celebra hoy el principio de año.
Las
televisiones van de Australia a Estados Unidos dando otra imagen.
Es
el poder de los medios de comunicación. ¡Qué peligrosos son!
Acabo de leer una novela de David
Baldacci, “Toda la verdad”, donde se relata con crudeza el poder de los medios
de comunicación en el mundo actual. Nosotros conocemos la cáscara de las
noticias y ellos manipulan a su antojo la realidad, nadie les impide que lo
hagan y son capaces hasta de provocar la tercera guerra mundial si con ello
consiguen vender armas, forrarse de dinero y acumular poder.
Ya sé que si alguien le echa un
vistazo, no es de las de mil personajes y líos excesivos, pensará que es algo
irrealizable y que solamente puede suceder en la ficción y quizá esté en lo
cierto y… ¡puede que no! Evidentemente es una novela porque los “buenos” aún
tienen sitio en el relato y se convierten de mártires en héroes (quizá es la
parte inverosímil de la narración…) pero pone los pelos de punta lo que son
capaces de maquinar quienes dirigen el mundo. Trump solamente es un aprendiz…
Para ejemplo hoy: Chinos, judíos,
árabes, mayas y un montón de pueblos más tienen otra forma de contar los años, porque sus creencias o cálculos son diferentes a los del católico y apostólico
vaticano. Además de contar mal, parece que estamos en el 2022, nos hacen creer
que el mundo mundial se rige por nuestro calendario, que hoy en todo el Planeta comienza el año y que hace unos días era navidad. Vivimos en la parte del mundo
que ha dominado los medios de comunicación, pero no debería hacernos ignorar a
los que no cuentan, creen, o piensan diferente.
Bebimos, comimos las uvas, bailamos
y brindamos, con cava o con vino, por la visión del paso del tiempo que nos
ofrecen quienes venden alegría y consumismo hasta hacernos saciar de tantas
fiestas que llaman a concentrar el cariño, el gasto y las celebraciones donde
manda su majestad, la sociedad de consumo… Es bueno aprovechar lo que de
positivo tienen pero no ignorar que mueven el mundo a su antojo hasta en los
pequeños detalles como son las rebajas, el fin de año o la Navidad.
La realidad española y catalana
igualmente está trucada, cada parte es fagocitada por los medios afines y consigue
convertir en axiomas incuestionables lo que admite múltiples puntos de vista.
Las redes sociales son convertidas en mensajeros más eficaces que la prensa o
la televisión y ya han tomado nota de ello los poderosos para seguir
manipulando opiniones sin dejarnos ver la realidad y pensar sobre ella. Son
ignorantes los que no piensan como nosotros y radicales impresentables quienes
viven en el otro lado, cada vez más difícil huir de la verdad incuestionable,
vaticana y dogmática de los doctores que dirigen a la opinión pública.
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