domingo, 31 de diciembre de 2017

QUIZÁ ESTEMOS EN 2022 o EN 2024
Aunque nos equivoquemos seguimos contando el tiempo.
Tiempos de ilusión, de descubrimientos, de rutina o de reflexión.
Lo importante está por conquistar, ahí reside la esperanza…

                                Resultado de imagen de fotografias de fiestas de fin de año               
  
            Durante estos años habéis sonreído cuando hablaba repetidamente del Tiempo detenido, de buscar momentos en que la eternidad asomaba la cabeza y deseábamos que aquel instante no acabara nunca. Hasta mi último libro lleva este título porque pienso que de esos momentos, con sabor al infinito, se compone la vida de las personas, acumular estas vivencias hace más llevadero contar los días y los años.
            Ser personas “razonadoras” nos ha hecho esclavos del reloj y del calendario. Todos percibimos las hojas de este según la edad que tenemos, desde la ilusión de un juguete nuevo a la experiencia del primer amor, desde el día a día persiguiendo la rutina de tener muchas cosas a la mirada cargada de recuerdos que intenta alargar los días sin pensar mucho en la eternidad.
            La sociedad de consumo ha hecho de las suyas, de nuevo. Es la noche del consumo, de la juerga, de las borracheras, de los brindis y los mejores deseos para los otros y de los múltiples propósitos para nosotros mismos. Ha conquistado de nuevo la calma y ha inundado de música y de ruido el paso de un año a otro, no importa si hemos contado bien o mal los años desde  que nació un desconocido personaje llamado Jesús, no importa si es exacta o no la medición de su paso a lo largo de la historia, lo importante es recordar que pasan los años y nos acercamos a la ilusión de hacernos mayores o a la tentación de echar de menos el tiempo pasado.
            Desde este blog desear a los amigos que beban, que brinden, que deseen para ellos y para otros, que saluden a la luna casi llena y que duerman para recibir con una sonrisa el año que comienza. Y no olvidar que las campanadas se suceden cada día, que el reloj camina y que debemos soñar con conquistar momentos especiales, sentimientos intensos o miradas al atardecer, donde percibamos que el reloj se funciona y podamos guardar esos recuerdos en que rozamos la eternidad, el tiempo detenido.




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