UNA
SONRISA EN LA MAÑANA
Una
manera de recibir al día con optimismo.
Sabedores
de lo mucho que tenemos y que a veces no valoramos.
Dispuesta
a dar la batalla a las zancadillas del tiempo.
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Hace muchos años que pienso que una
sonrisa matutina es una buena manera de recordarnos a nosotros mismos todas las
cosas bonitas que tenemos. En un mundo tan consumista, que nos agobia con
deseos constantes, es sensato mirar a nuestro alrededor y ser conscientes de la
suerte que tenemos de vivir en este país, tener gente que nos quiere y más de
lo materialmente necesario para disfrutar de cada día. Luego a vestirse,
lavarse para entrar en la realidad y pelear porque cada uno de los días merezca
la pena cuando la noche llame a su final.
Cada uno valoraremos que hacer con
esas 24 horas a las que hemos sonreído, cada uno hemos elegido dónde alojar el
tiempo que escapa en cuanto le quitamos la vista de encima, pero ser
conscientes de los privilegios que tenemos debe inundar de optimismo nuestra
pelea por las pequeñas y las grandes cosas. No es necesario que los telediarios
no paseen por las pateras del mediterráneo, por los bombardeos en Palestina o
por las cifras del hambre que esporádicamente nos agobian en esos telediarios, convertidos
en el Caso, llenos de sucesos tristes.
El coche, un amigo, un amor
custodiado, una paella o un solomillo pueden volver a hacernos sonreír durante
el día y sobre todo nos darán fuerzas para enfrentarnos a los enemigos
convertidos en rutina. Los horarios, las prisas, el deseo, el consumismo, la
pelea con el de al lado pueden robarnos el secreto del tiempo detenido.
Logremos que una brisa de aire fresco en el calor del verano reciba nuestra
bienvenida o que la cercanía de un ser querido rompa la monotonía; una sonrisa,
una mirada pueden hacer de muchos de nuestros días llenen un cuenco de
recuerdos hermosos que nos haga presente siempre la suerte que tenemos de estar
donde estamos, de estar vivos…
Se me ocurren estas cosas porque
cuando algo te duele recuerdas lo bien que estabas antes de padecerlo, mejor
adelantarte a las desgracias y ser consciente de que cada día es un premio que
tú vas a cobrar íntegro. Los días están contados pero nosotros tenemos la
capacidad de alargarlos cuando ponemos una actitud positiva que ve el mundo
disfrazado de mago milagroso que nos regala el tiempo.
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