miércoles, 18 de julio de 2018


MEJOR NO OLVIDAR
El 18 de julio unos generales se convirtieron en la peor pesadilla del país.
Con aquel afán de salvar a España no les importaba matar a la mitad de sus habitantes.
La Iglesia apoyó el alzamiento contra la democracia y declaró que era una “Cruzada”
                           
                           

Lo vuelvo a contar, en España existía una República, allá por 1936, y en febrero de dicho año en unas elecciones habían ganado el poder los partidos de izquierdas y prometían cambios que muchos desamparados esperaban y unos pocos (ricos, hacendados, militares y eclesiásticos) no estaban dispuestos a que esas ideas llegaran a ver la luz. No hay más explicaciones, éramos un país atrasado, hasta el cuello de latifundios y plagado de jornaleros que malvivían de lo que les limosneaban los terratenientes. En 1931 ya intentó la República hacer algún apaño a tanto desatino pero los confesonarios, los caciques y el dinero frenaron el intento porque las derechas ganaron las elecciones de 1933.
Se temieron que ahora irían más en serio y decidieron ir por derecho, con las armas por delante y matando a quienes se les pusieran por delante. Ese levantamiento llegó a la Península un 18 de julio y supuso una guerra civil de casi tres años, el empobrecimiento del país y la represión de cualquier conato de resistencia a los mandatos de aquel asesino, general de la revuelta, de voz atiplada llamado Franco. Animaron al ejército a acabar con las personas de izquierdas, a matarlas, para limpiar el país de enemigos y eso podía suponer millones de asesinatos y la necesidad de buscar escondite o cambiar de hábitos de una mayoría de los españoles.
Este día, el 18 de julio, fue fiesta nacional durante cuarenta años, obligando a los vencidos, la República democrática, a no olvidar el funesto día en que unos iluminados, amparados por la iglesia católica, convirtieron nuestro país en un cementerio y a los vivos les obligaron a callar y olvidar las libertades durante decenios. Hoy esta España imperfecta es un cielo al lado de lo que trajeron aquellos generales apoyados por el fascismo que ya campaba en Alemania e Italia.
No hemos conseguido derrotarles aún, vivimos bajo leyes caducas y fortunas logradas al amparo de poder sanguinario del franquismo. No fue fácil expulsarles, un poquito, de sus poltronas, pero queda mucho camino por recorrer y ahora el miedo ya no es tan fuerte como el de aquellos que habíamos vivido la represión de la dictadura. Pro andan por ahí sus sucesores, disfrazados de mil maneras, y conviene no olvidar que lo que fueron fusiles y tanques en 1936 hoy pueden ser los medios de comunicación en sus manos tan peligrosos como aquellas armas.
Deseo la vuelta de la República, pero de una República como la que destrozaron aquellos salvajes. Ideas diferentes, acciones diferentes, pero objeticos similares, ayudar a repartir mejor lo mucho que se nos ha regalado.

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