domingo, 16 de septiembre de 2018


POLOS OPUESTOS NO SE TOCARÁN
Las elecciones están cerca y todos miran hacia allí.
Los presos son un obstáculo que nadie quiere resolver, dará votos.
¿Cuántos piensan que una declaración unilateral puede llevar a la independencia de Catalunya?

                             Resultado de imagen de manifestacion 11 de septiembre 2018 en catalunya fotografias
    
            Da la impresión de que todos tienen miedo a abandonar las barreras que acumulan los votos de los catalanes y de los españoles. Los independentistas saben que si alguien se mueve no sale en la foto y puede ser arrasado por cualquiera que vende humo pero que afirma dominar el fuego de la verdad. Los presos y el referéndum de autodeterminación se han convertido en los argumentos para mantener vivo el enfrentamiento con el Estado.
            La mayoría sabemos que no es posible un referéndum de autodeterminación pactado porque ataca directamente a la Constitución y a los votos de quién ose poner el tema en cuestión. Una declaración de independencia unilateral sabe el 99 % del mundo que es una locura y no estaría mal hacer una encuesta de opinión a quienes se manifestaron el 11 de setiembre. Las personas no están por un enfrentamiento violento con los poderes del Estado que genere víctimas, más víctimas para acabar de radicalizar el procès. Si nadie quiere leer esta realidad es que desea permanecer en el conflicto y en las nubes de un sueño que tendrá mal despertar.
            En el tema de los presos, eje central para mantener la tensión independentista, el ejecutivo no puede inmiscuirse en el terreno de los jueces. No hay otro camino que esperar su veredicto y después pactar una salida negociada, quizá en forma de indulto, que ya propuso Iceta hace meses. Negar la justicia, la democracia, el Estado y la realidad queda muy bien en los discursos pero no ayuda a conseguir una mejora de los dos enfermos, España y Catalunya. Nadie se cree que seamos una dictadura ni un estado franquista, existen carencias democráticas graves pero no mayores que las de los países de nuestro entorno.
            Que haya unos miles de fascistas hondeando banderas o leyes de dudosa bondad (mordaza y contratos laborales…) no nos convierte en un estado repugnante para irle machacando por el mundo mundial. Tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios, un sistema educativo aceptable (a pesar de los frailes) y una cobertura social mejorable; manifestarse dentro de unas normas y expresar opiniones queda patente que es posible cada 11 de setiembre. El autogobierno del País Vasco y Catalunya es uno de los más progresistas del mundo en cuando a competencias aunque sea mejorable. No me gustan muchísimas cosas pero no creo que la mayoría de la población se sienta, ni por asomo, cómo nos padecimos en los años de la dictadura.
            Es hora de olvidar los discursos grandilocuentes y preguntar a las personas si quieren forzar de nuevo una declaración unilateral de independencia o pactar mejores condiciones de financiación y más competencias. Existen encuestas que servirían para abrir los ojos a los ciudadanos y, sobre todo, obligarían a los mesías a bajarse del trono y comenzar a transitar por la realidad. Los votos son los votos… pero es peligroso forzar la situación porque las represalias de hoy pueden convertirse mañana en víctimas de un enfrentamiento con las fuerzas del Estado.
            Esa violencia no la desea nadie pero algunos parece que han decidido jugar en su cercanía.
           

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