LA HUELGA DE HAMBRE

Una decisión que internacionalizará de nuevo el conflicto.

El PP, Rajoy, el rey, Borrel… no fueron enemigos de suficiente entidad…

Ya sabemos que vivimos en un país franquista y con jueces antidiluvianos.

                     

            La huelga de hambre creará problemas serios en la toma de decisiones y se venderá como una victoria cuando dentro de unos días el Tribunal Constitucional, presionado, dicte su veredicto. De momento será primera página en la prensa nacional y si se agrava la salud de alguno tendrá que intervenir hasta el Papa de Roma…

            Todos sabemos que vivimos en una sociedad franquista, con la libertad de expresión amordazada y el derecho a manifestación fuertemente cuestionado. Nuestros jueces no respetan las leyes y si respetan alguna es porque la ley es caduca y mala. Quienes se saltan las leyes y la constitución son inocentes porque estos cuarenta años han sido una broma que nos gastaron los abuelos del 78. Echo en falta que no se les ponga a los presos de patitas en la calle porque no existe riesgo de fuga ya que Puigdemont ha dicho que no tiene habitaciones libres en la casa de Waterloo.

            Sería una injusticia que les juzgaran pronto y les amnistiaran sabiendo que son inocentes, elegirán no salir de la cárcel y mantener otra huelga de hambre rotatoria para mantener su dignidad pisoteada. No pueden personas que obedecen sus leyes ser condenadas por un sistema caduco y lleno de ansias de venganza.

            Me preguntaba quién nombrará a los jueces de la futura República, si leen las consecuencias del brexit, si las exportaciones y el turismo irán a más fuera de Europa, si los créditos llegarán baratos, si han pensado en la fuerza del Estado, si nos quieren aclarar por qué ahora dedican menos dinero a educación y sanidad que otras comunidades… tengo cien preguntas y ninguna contestación que vaya más allá del sueños de unos pocos.

            Quedan muchos episodios en el camino emprendido y las sorpresas irán apareciendo si alguien intenta suavizar las tensiones.