LA MODA DE LOS PATINETES

Tenemos modelos para todos los gustos y equilibrios.

Vendemos velocidad para que los jóvenes corran detrás de la prisa.

Cuantas más personas a las que sortear más emoción.

                  

                  Patinete eléctrico con motor de 250 watios

            Los patinetes se han ido lentamente poniendo de moda hasta amenazar con invadir las aceras de las ciudades y los carriles bici que se intentan inventar. Era muy costoso impulsar el dichoso aparato con los pies, y de antiguos, y le hemos regalado velocidades para todos los gustos y equilibrios. En los escaparates han sustituido a los televisores último modelo porque estos bólidos llevan camino de arreglar las cajas de dichas tiendas.

            Cuanto más sofisticado es el aparato más atractivo despierta, aunque la velocidad, un mal de nuestro tiempo, comienza a invadir el mercado de patinetes. Cuando nosotros, los abuelos, empujábamos con fe inigualable aquellos artefactos, sin motor y sin aceras asfaltadas, ya debíamos sentir el vértigo de la velocidad que ahora pretendemos limitar a nuestras personas camino de la madurez.

            Los colegios tendrán que habilitar aparcamientos para los vehículos de sus alumnos pues es atractiva la posesión de uno de ellos para mejorar la puntualidad. Los vehículos de motor deben extremar su vigilancia por si alguno de estos bólidos invade la carretera o la calle por la que circulan, sería un delito grave atropellar a un joven que aprende a sentir el placer de volar sobre el asfalto. Los peatones, cohabitantes de su vía preferida, deben andarse con cuidado porque vicios como mirar el móvil o los escaparates puede proporcionar una bronca por no mirar por dónde vas.

            Esperamos que algún medio de comunicación haga noticia de primera plana la muerte o el accidente de alguna anciana para que quién debe enterarse tome nota de los cambios que se están produciendo en las ciudades. Las bicicletas que pedían su carril bici iban, en su mayoría, con frenos y pedales, estos artefactos recién llegados alcanzar velocidades que invitan a los habitantes de las aceras a respetar el espacio que ellos eligen para pasar.

            Elías,!!!no te enteras!!! Son útiles, no contaminan, nos ahorran tiempo y cuanto más rápidos más atractivos, nos hacen sentir bien sorteando personas y obstáculos, son el futuro y sobran las leyes que intentan imponernos seguros sacaperras o límites a circular por un espacio que es de todos, no solamente de los peatones, de las bicicletas y de los perros.

            Tenéis razón veo peligros que no existen y ando poco proclive a facilitar vuestra felicidad. Voy a ver si tienen restricciones de edad los más veloces para comenzar a ejercitarme en esa sensación de velocidad que buscaba en la infancia a golpe de pie…