CONTAR
EL TIEMPO
Los
niños viven los instantes envueltos en relojes parados.
Los
jóvenes atropellan a los días y a las horas esperando nuevos años.
La
madurez tiñe de rutina los meses esperando los sueños.
Los
viejos intentan apoderarse del tiempo, y detenerle, porque saben de su finitud.
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A veces desearía que volvieran a ser
las estaciones las que marcarán el tiempo olvidando los años; vivir cada
estación esperando la siguiente, ajenos a las prisas dejando a la naturaleza
marcar el ritmo de las vidas con sus otoños, su siembra, sus primaveras y sus
cosechas. Aunque según va cambiando el clima nos inundaría de nuevo la
incertidumbre de cuanto duraría el tiempo en la Tierra y en los polos y el
Ecuador no podrían disfrutar de nuestro modo de vida.
El hecho es que vivimos al ritmo de
las horas, los días, los meses y los años que marcan nuestros relojes.
Solamente podemos soñar en detenerles cuando momentos especialmente hermosos se
instalan en nuestras vidas y entonces podemos abrir el baúl de los recuerdos
para que llenen de sentido los momentos en que el paso del tiempo parece
acelerarse.
¡¡¡Feliz año!!! ¡¡¡Felices días!!!
Espero que hoy no vayamos olvidando la pelea que tendremos con los relojes para
conseguir abrir el baúl de los recuerdos y cerrar bajo llave momentos robados a
los sueños. El tiempo intentará seguir su camino ignorando nuestra presencia,
solamente aquel niño que late en nuestro interior puede ensimismarse e ignorar
que nos va a vencer en su desafío.
Atropellar a las horas siguiendo
nuestro camino, castigar a la rutina con sorpresas desde el amanecer hasta la
puesta del sol o dejar caminar a la luna en la noche alumbrando el baúl
entreabierto, sabedor de que aún necesitamos experiencias entrañables para
llenarle. A nadie le regalará el tiempo victorias parciales si no instalamos
defensas que valoren el poder del paso de los relojes e inventamos la calma,
las sonrisas y los sueños para negarle que nos gane por goleada.
¡Es bonito valorar cada despertar
porque el tiempo también corría cuando nosotros descansábamos!
Siempre podremos esperar la
primavera cobijando al frio del invierno para recoger los frutos en verano y
preparar con vivos colores de otoño un nuevo ciclo de vida, aunque no podremos ignorar
las fechas y el tic tac de los relojes…
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