EL
DERECHO DE AUTODETERMINACIÓN
Es
una reflexión superficial sobre este derecho
cuestionado.
Solamente
nos referiremos a España, aunque Europa está al lado.
Vamos
imaginando las consecuencias y observando su viabilidad.
No pretendo analizar el derecho o no
derecho de autodeterminación, solamente pensar en alto sobre las consecuencias
que tendría y hacia dónde se dirigirían España y Europa. Una vez concedido el
referéndum de autodeterminación a Catalunya comenzaría a ponerse en cola alguno
más. Pensando en los beneficios que podría suponer, y en los sentimientos de muchos
de sus habitantes, tardarían un día en ser más de uno los que tendrían prisa
por disfrutar de tal derecho.
Pienso que Euskadi ha soñado desde
siempre con ese momento y que haciendo cuentas, más rico que los demás, pondría a su gobierno a comprar urnas y a
preguntar al pueblo si desea separarse de España. Imaginemos que ya tenemos a
Catalunya y a Euskadi en pleno proceso de independencia, las demás comunidades
comienzan a hacer números y las más ricas, y con alguna personalidad propia, no
tardan en elegir el mismo camino para no ser los que contribuyen con más medios
a mantener el gobierno de España.
Navarra, Balears, País Valencià… el
PIB impondrá el orden de salida pues todos tenemos derecho a decidir. Madrid
caería en picado, una alegría, porque sería la capitalidad de los pobres y
comenzarían a deslocalizarse las empresas que viven allí por la centralidad de
muchos de los asuntos del Estado. Murcia y Aragón rumiarían el problema, quizá
buscando que les acoja alguno de los nuevos países…
Ya tenemos ocho países, sin analizar
divisiones internas porque pueden surgir Andorras en la Vall d’Aran o en La
Rioja. En Europa visto el éxito del derecho a decidir se disponen a hacer lo
mismo porque han decidido que multiplicar por 10 los países del Planeta daría
empleos en la ONU y satisfacción a todas las etnias.
No queremos contemplar a los de
Tabarnia ni a los de Cartagena pero si
se ha creado un sentimiento de medio nación en las 17 Comunidades autónomas y
puestos a pedir todos querrán ser felices si no ven pagar con su bolsillo las
decisiones.
¿Podrá Europa imaginar todas estas
ideas?
No, Elías, solamente son calenturas
que te entran porque Castilla, aquella gran nación con tanta historia, es pobre
y quizá sea de las pocas que se quede en aquella España que dibujas.
Nota: Ya estaría muy bien una República, pero tantas...
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