OTRA
VEZ LOS REYES
Robemos
algo de los zapatos para que se mantenga el deseo.
No
ayudamos a la ilusión completando los regalos de la carta.
Y
luego vienen los aniversarios, las buenas notas, los abuelos, los tíos…
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Todos somos conscientes que nos está
ganando la partida la sociedad de consumo. Nos exigen comprar más y más y
nosotros nos hemos visto enganchados en la rueda que gira sin cesar entre
familiares, amigos, cumpleaños y novedades varias. Tienen tantas cosas que poco
a poco les vamos robando la ilusión, no es mala idea que los reyes (esos
personajes llamados a desaparecer) sean un poquito malos, que olviden alguna
cosa de las que pusieron en su carta y que dejen, si es necesario, algo de
carbón (pero no del dulce sino del de verdad).
El ambiente obliga pero no está de
más que comencemos a cuestionar la bondad de estos reyes del camello, sobre
todo para aquellos que ya pasaron la edad de la inocencia y de los ojos
asombrados y se instalaron en la comodidad de recibir sabiendo que es mejor no
protestar. Algún día conseguiremos que un madero o una bruja traigan regalos
pero los reyes no están por la labor de tomar las de Villadiego porque siguen
contando que van a Belén detrás de una estrella que les indica el camino y la
cuadra donde les esperan unos padres sin hogar.
La mayoría de los niños tienen
excesivos regalos, hasta alguno se queda sin abrir o es ignorado al día
siguiente, y perciben que llegan sin esfuerzo, solamente porque la sociedad
impone la fecha y los padres no aciertan a controlar el impulso de que sus
hijos tengan todo lo que desean. Quizá
la mayoría tenga excesivas cosas, demasiado pronto, y les robemos un poquito de
calma, de espera, y contribuyamos a que sean más fuertes ante la frustración.
Un niño satisfecho, teniendo cuanto
desea, no siempre es más feliz. Ir racionando los regalos y obligarnos a que
los deseen un tiempo no siempre es malo, quizá sea una forma difícil, pero
necesaria, de enfrentarnos a esa sociedad que no solo impone la cantidad sino
la calidad (en euros) de lo que reciben los infantes.
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