viernes, 4 de enero de 2013


NO CONSEGUIMOS ENTERRARLOS EN EL MAR…
         Llevan décadas sin saber qué es la vergüenza.

                                      
                        
           El despacho de la Botella madrileña es más grande que el del presidente de los Estados Unidos, tiene un mayordomo para servirle el café, entre asesores y altos cargos suma 260 que disfrutan de 60.000 euros por barba y parece que su ayuntamiento tiene más coches oficiales que todas las capitales de la eurozona juntas.

Es bastante normal que un profesor, un catedrático o un cirujano de la sanidad pública ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera. Es normal que se suban entre los políticos los sueldos votando por unanimidad o que se salten la ley, que imponen a los mortales, adjudicándose pensiones que no merecen. Un miembro del gobierno cobrará la pensión máxima solamente por jurar el cargo, otros necesitaremos 40 años para cobrar apenas 1000 euros.

La casa real está forrada de pasta que no ha salido de su asignación, muchos políticos se lo han llevado crudo, los banqueros dilapidaron la pasta de las cajas y nos pasaron la factura, la clase media es atacada constantemente y va haciéndose un vacío mayor entre los ricos y los pobres pero no encontramos salida a nuestro cabreo. Nos distraen constantemente con Wert, Mas, la Pantoja, el futbol o Belén Esteban. Nos mantienen dormidos mientras ellos van trajinando sus leyes para “enterrarnos en el mar” que cantaría Paco Ibañez. Ya no les enterraremos a ellos, nos enterraran a nosotros en el paro, en el trabajo precario y en las pensiones insuficientes, ya no quedan aquellos que pensaban que a estos delincuentes podemos “enterrarlos en el mar”.

Quizá algún día podamos comenzar a tener fe en otra forma de hacer y sepamos imponerla a quienes nos gobiernan. Telefónica vuelve a confiar en el buen hacer del quien acabó hundiendo Bankia, la que vamos a pagar todos, en una deuda de miles de millones de euros… y se quejan de que cambiemos de compañía telefónica... primero Urdangarín y ahora Rato… esto no alimenta la fe.

Mañana seremos optimistas y haremos la carta a los reyes magos para que no todo sea republicano.

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