La jerarquía come con lo ricos
mientras predica bienaventuranzas al oprimido que sufre y llora.
¿Cuándo
se quedarán en sus iglesias encerrados y respetarán a los que no queremos ser
salvados?

Las denuncias de abusos por parte de sacerdotes
católicos contra menores de edad no son nuevas, pero en el caso de la Arquidiócesis de Los
Ángeles, la reciente difusión de cartas confidenciales enviadas por el cardenal
Roger Mahony agrega nuevas evidencias sobre la forma en que esa institución
protegió a los curas acusados de pederastia.
En España ni nos enteramos de los casos de abusos
de menores, y no tan menores, que pueden haberse producido por parte de
religiosos. Creo que en todas las instituciones pueden colarse delincuentes,
violadores y gente que abusa de su poder para hacer daño a los de abajo. El
problema es no reconocerlo cuando se descubre, el delito lo cometen cuando
encubren al que transgrede la ley. Siglos predicando justicia pero para los
demás, para los de abajo, e ignorando de los suyos los pecados.
Se echan las manos a la cabeza cuando aparece un
homosexual que quiere contraer matrimonio pero esconden a sus sacerdotes
homosexuales y, si hay algún problema con menores, les cambian de lugar de
trabajo pero no les denuncian. Se empeñan en condenar a medio mundo e ignoran lo que
significa respeto a los sentimientos y comportamientos de personas que no
comulgan con su credo.
La jerarquía en España lleva tantos años al lado
de la derecha y de los ricos que ha perdido los evangelios, que dicen profesar,
en el camino. Para todos un valle de lágrimas y de sufrimientos menos para
Bárcenas y quienes le acompañan en hoteles de cinco estrellas.
En la guerra
civil española y en los años anteriores, en la república, hicieron frente común
con los terroristas de la derecha y durante la dictadura de Franco siguieron
beneficiándose de la victoria. Nos han pasado por las narices unos cientos de religiosos
ejecutados, algunos ya santos por morir fusilados, en una guerra que costó un
millón de muertos y que ellos contribuyeron activamente a poner en marcha y a
mantener. Si hacen santos a todos los que murieron luchando por su causa se les
llenan la iglesias de retratos.
Siguen intentando, junto al PP de Gallardón,
imponer sus doctrinas con leyes sectarias. Continúan inculcando en los colegios
y en los institutos sus ideas con cargo a los presupuestos de un estado
LAICO que no se le ocurre recortarlos...
Creer en el cielo ya supone optimismo, creer en el
infierno es tener muy mala leche, olvidar a los que están marginados no es de
buena gente, comer con los que roban es compartir titulo y mantel, no respetar
a quienes no intentan convencerte, e intentar imponer la vida que tu
quieres, es de malas personas.
¿Se nota que me cae fatal el papa, los cardenales
que tapan delitos, los obispos que quieren gobernar como políticos y todos
aquellos que viven para intentar salvar a quienes no queremos ser salvados?
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