GORDILLO Y CAÑAMERO ME CAEN
BIEN
Cuatro ideas sencillas para acabar con el derroche de libros
y material.
Aquí nadie se preocupa de lo que tiene al lado prefieren
arreglar el mundo que suavizar los problemas de los que conviven con ellos.
Tengo que
reconocer que Gordillo y Cañamero, esos forajidos que ocupan fincas militares y
que de vez en cuando, hacen de Robin Hood, llenan unos carros de material vario
en alguna gran superficie (las que tienen pasta) y lo reparten entre personas
que lo agradecen porque no van sobradas, me caen bien. También tengo que decir
que les tengo envidia porque yo no soy lo valiente que son ellos para luchar
por lo que piensan, a mi siempre me dio mucho miedo la cárcel y dicen que
Cañamero además de salir en la tele ya ha visitado la trena en cinco ocasiones.
Me caen bien
porque son actos que intentan llamar la atención sobre problemas reales, no
sobre el sexo de los ángeles. Llega setiembre y las personas no tienen pasta
para el material escolar de sus hijos y eso debe doler la hostia. Con lo de la
comida lo tenía más claro, los carros que cogieron, con el material escolar
espero que les lleven a la tele de nuevo y pongan en alto algunas ideas que
realmente ayuden a solucionar los problemas de la gente que pasa apuros.
Tengo cuatro
ideas claras:
- El gobierno
debe controlar los cambios de libros poniendo un plazo de muchos años para la
vida real de los mismos. Sancionar a las editoriales que lo incumplan y
paralizar el escandaloso comportamiento que han tenido con los libros
digitales.
- Los
profesores deben estar obligados a respetar la vida del libro. Fuera los
caprichos de señores que parecen vivir fuera de la realidad. (Libros de Educación
Física, de Música, de Plástica, de Ética… podíamos rogar un poco de cordura y
es el gobierno quien debe entrar a saco en estos temas.) Hoy se están pidiendo
en un barrio sobresaturado de parados, y con mileuristas a porrillo, más de 300
euros para un ordenador personal… ¡que se vayan al carajo!
- Las AMPAS
tienen aquí una labor social. Recoger los libros que se dejan un año para dárselos
a los que vienen a cambio de disfrutar de los libros que dejan los que son un curso mayores. En época
de crisis hay que apretarse lo machos, no vivir al margen de la realidad. Y el
que los quiera nuevos que los pague pero que no levante mucho la voz…
- Las cuotas
para material escolar son escandalosas, con ellas sufragan en muchos centros públicos
gastos que no tocan, cuando deberían exigir a los gobiernos de sus comunidades
las partidas presupuestarias correspondientes o apretarse el cinturón. En la
concertada pasa otro tanto de lo mismo pero además, ilegalmente, lo utiliza el
patrón (religioso muchas veces) para cobrar lo que no toca y que en castellano
significa robar, aunque esté mejor visto y más silenciado que lo que hacen
Gordillo, Cañamero y compañía.
¡Qué rollo! Esto no se puede leer
pero muchos profesores deberían pensar algo en los padres que lo pasan mal y no
sucumbir a las exigencias de las editoriales.
¡Cómo me gustaría oír dejamos de
utilizar libros porque estamos en crisis!
Se que la luna llena se ha reído
cuando ha escuchado mis cuatro sueños, es más realista que yo.
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