sábado, 31 de agosto de 2013

GORDILLO Y CAÑAMERO ME CAEN BIEN
Cuatro ideas sencillas para acabar con el derroche de libros y material.
Aquí nadie se preocupa de lo que tiene al lado prefieren arreglar el mundo que suavizar los problemas de los que conviven con ellos.
                        
                          
  
Tengo que reconocer que Gordillo y Cañamero, esos forajidos que ocupan fincas militares y que de vez en cuando, hacen de Robin Hood, llenan unos carros de material vario en alguna gran superficie (las que tienen pasta) y lo reparten entre personas que lo agradecen porque no van sobradas, me caen bien. También tengo que decir que les tengo envidia porque yo no soy lo valiente que son ellos para luchar por lo que piensan, a mi siempre me dio mucho miedo la cárcel y dicen que Cañamero además de salir en la tele ya ha visitado la trena en cinco ocasiones.
Me caen bien porque son actos que intentan llamar la atención sobre problemas reales, no sobre el sexo de los ángeles. Llega setiembre y las personas no tienen pasta para el material escolar de sus hijos y eso debe doler la hostia. Con lo de la comida lo tenía más claro, los carros que cogieron, con el material escolar espero que les lleven a la tele de nuevo y pongan en alto algunas ideas que realmente ayuden a solucionar los problemas de la gente que pasa apuros.
Tengo cuatro ideas claras:
- El gobierno debe controlar los cambios de libros poniendo un plazo de muchos años para la vida real de los mismos. Sancionar a las editoriales que lo incumplan y paralizar el escandaloso comportamiento que han tenido con los libros digitales.
- Los profesores deben estar obligados a respetar la vida del libro. Fuera los caprichos de señores que parecen vivir fuera de la realidad. (Libros de Educación Física, de Música, de Plástica, de Ética… podíamos rogar un poco de cordura y es el gobierno quien debe entrar a saco en estos temas.) Hoy se están pidiendo en un barrio sobresaturado de parados, y con mileuristas a porrillo, más de 300 euros para un ordenador personal… ¡que se vayan al carajo!
- Las AMPAS tienen aquí una labor social. Recoger los libros que se dejan un año para dárselos a los que vienen a cambio de disfrutar de los libros que  dejan los que son un curso mayores. En época de crisis hay que apretarse lo machos, no vivir al margen de la realidad. Y el que los quiera nuevos que los pague pero que no levante mucho la voz…
- Las cuotas para material escolar son escandalosas, con ellas sufragan en muchos centros públicos gastos que no tocan, cuando deberían exigir a los gobiernos de sus comunidades las partidas presupuestarias correspondientes o apretarse el cinturón. En la concertada pasa otro tanto de lo mismo pero además, ilegalmente, lo utiliza el patrón (religioso muchas veces) para cobrar lo que no toca y que en castellano significa robar, aunque esté mejor visto y más silenciado que lo que hacen Gordillo, Cañamero y compañía.
¡Qué rollo! Esto no se puede leer pero muchos profesores deberían pensar algo en los padres que lo pasan mal y no sucumbir a las exigencias de las editoriales.
¡Cómo me gustaría oír dejamos de utilizar libros porque estamos en crisis!

Se que la luna llena se ha reído cuando ha escuchado mis cuatro sueños, es más realista que yo.

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