ME GUSTA IR AL COLEGIO, NO
SOLO MIS COMPAÑEROS
Ya es hora de contar secretos, hay muchas cosas que nos
gustan del cole.
Son muchas horas las que pasan allí los alumnos y no todas
las clases son malas.
Mañana antes de las nueve, en muchas ciudades, se acabara la
calma y llegarán las prisas y el descanso para muchos padres y abuelos.
El
viernes, un poco antes de la nueve, paseaba por mi barrio. Se escuchaba el
silencio, los que trabajan ya hacía tiempo que andaba a los suyo, los parados
aún no se habían puesto al sol y los niños no necesitaban que nadie les
acompañara al colegio porque seguían de vacaciones. El arrullo de las palomas,
tranquilas en su perpetuo movimiento convulsivo, era el único acompañante de mi
paseo matutino.
Mañana
en muchas poblaciones, y el jueves en otras comenzará, el curso para los más
pequeños. Los abuelos comenzarán a tener obligaciones extras, muchos padres en
el paro acompañarán a sus hijos, aunque seguirán siendo las madres las que
mayoritariamente se encarguen de preparar y supervisar el inicio de curso. Los
coches se agolparan a la puerta de los centros, los niños jugarán o llorarán en
el camino y las palomas verán como se oculta su arrullo tras el griterío de los
niños.
Cuando
hacen las entrevistas en la televisión o en la radio todos contestan que están
deseando volver porque quieren ver a sus amigos. Me da la impresión de que estamos
vendiendo que los Centros educativos son como cárceles insufribles donde lo
único que vale la pena son los colegas. No les dejamos decir que quieren volver
a leer cuentos, a escuchar historias, a escribir poemas o a dibujar lo que su
imaginación les explica, no les escuchamos hablar de que les gusta cantar,
hacer manualidades, aprender matemáticas (es la gran castigada) o jugar con los
compañeros en clase de Educación Física. Tampoco les dejamos que nos digan que
quieren ver a su profe o a su seño porque la quieren mucho y la echan de menos.
Parece
un niño/a cursi y repipi quién dijera todas esas cosas que he escrito y que me
parece que son las más normales del mundo y que muchos las disfrutan durante el
año. No ayudamos mucho a crear un ambiente que valore el trabajo que se realiza
en las aulas y año tras año tengo la sensación de que crece esta actitud de
rechazo implícito a los contenidos educativos.
Los
padres han comprobado lo difícil que es mantener cerca de ellos a los niños
todo el verano y acaban agotados con sus pocos hijos pero no se enfadan mucho
cuando sube la ratio de las clases y los profesores tienen que atender y mimar
cada día a más alumnos. Sería tan bonito que alguien hablara bien del colegio…
Mañana
se sentirá ruido alrededor de las nueve y está noche algún niño le contará a la
luna, que ve por su ventana, que le gusta estudiar, cantar, escribir, leer,
jugar y que quiere mucho a su profesor/a y está deseando volver para pasar un
curso feliz haciendo todas esas cosas con sus compañeros. Será un secreto pero
desearía que algún año muchos niños comenzaran a revelarlo….
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