lunes, 7 de octubre de 2013

LAS GUERRAS SON MALAS CASI SIEMPRE
Occidente las organiza como si fueran fiestas de salvación pero en el otro lado.
Después de vender sus armas y cobrarlas, la muerte y el olvido…
            No me siento bien en está parte del mundo pero no puedo llegarme a imaginar lo que deben sentir los que viven en el otro lado.
            
                         

             Ha llegado el otoño, las lluvias han saludado al campo con intensidad y han limpiado las calles de nuestras ciudades. El sol se cuela en las mañanas de los días y por la tarde comienza a aparecer la chaquetilla y las mangas largas. Podríamos hablar del tiempo mucho rato porque ahora eso de un otoño caliente, amenazando al gobierno, ya no se lleva… hasta en Baleares han parado su huelga indefinida entre las protestas contra el trilinguismo y los recortes.
            No quiero centrarme en un tema porque no trasmitiría las muchas sensaciones que tengo. La primera es que pienso que nos engañan en Siria, los rebeldes ya no son tan buenos como decía la prensa, Al-Asad ya no es un presidente tan malo pues se deja que le quiten sus armas químicas y las destruyan, por imperativo de unos americanos que las tienen a puñados. Ahora ya podemos pactar porque, en apariencia, les deja quedar bien ante los ciudadanos y pueden tapar la metedura de pata de entregar armamento químico y material bélico peligroso a talibanes extremistas que son peores que él. ¡Mundo mundial!
            Egipto ha quedado en el olvido, pero tiene para primeras páginas de periódico aunque ya no interese enseñar la sin razón de occidente. Se montó el cristo de la primavera árabe, expulsaron a su dictador, convocaron elecciones democráticas, en la medida que son democráticas las elecciones occidentales, el gobierno que salió no les gustó y mandaron a los militares a dar un golpe de estado, aplaudido por esos demócratas que respetan la democracia cuando les viene bien. El golpe de estado fue bestial y sangriento, dispararon a matar, desalojaron con violencia los espacios públicos, hicieron ilegales a los Hermanos Musulmanes (que no son amigos míos) y pusieron detrás de las rejas de unas cárceles cargadas de silencios y torturas a todos los que consideraron líderes. Estoy hablando de miles de personas enchironadas por pertenecer al partido que gobernaba porque le habían votado. Hoy 44 muertos en las calles, fotografías donde los policías disparan a matar personas (no al aire), cada día más represión… y comenzaron hablando de la primavera árabe…creo que yo he comenzado a hablar del tiempo mejor que los ejércitos occidentales que apoyan a esos militares.
            Ayer os hablaba de los muertos de Lampedusa, a los que la invasión de Libia dejó sin trabajo y sin esperanza, obligados a morir en la bodega de un barco y, si eras pudiente, en el mar. Hoy entran a saco en Libia y se llevan a un supuesto terrorista que acabará en Guantánamo o desaparecido como Bin Laden, traspasan fronteras, deciden gobiernos, dominan materias primas, provocan las guerras para vender sus armas y, encima, son siempre los buenos de nuestras películas (nuestro gobierno forma parte de esas decisiones como los otros y en algunos casos, como en Irak, más que otros).
            Irak, Afganistán, Libia, Egipto, Siria… siempre después de la intervención el olvido y la muerte, siempre los desplazados y la miseria. ¡No aprendemos!
            Un tío en televisión ha sido entrevistado, es del ala dura del PP (si es que hay blanda), llamado Pujalte, ha prometido que llegaran las banderas victoriosas de los tiempos de Aznar a nuestros bolsillos, todo ha quedado bien. Pero ha dicho que él nunca miente y ha sido llamado por Pinocho en persona porque Rouco le ha pedido que no sean soberbios. La carne de nariz está bajando de precio alarmantemente en los mercados secundarios…

            Buenas noches, a la nostalgia de la tarde de otoño con lluvias suele sucederle una mañana cargada de la promesa de un sol tibio lleno de esperanza.

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