LAS GUERRAS SON MALAS CASI
SIEMPRE
Occidente las organiza como si fueran fiestas de salvación
pero en el otro lado.
Después de vender sus armas y cobrarlas, la muerte y el
olvido…
No me
siento bien en está parte del mundo pero no puedo llegarme a imaginar lo que
deben sentir los que viven en el otro lado.
No
quiero centrarme en un tema porque no trasmitiría las muchas sensaciones que
tengo. La primera es que pienso que nos engañan en Siria, los rebeldes ya no
son tan buenos como decía la prensa, Al-Asad ya no es un presidente tan malo
pues se deja que le quiten sus armas químicas y las destruyan, por imperativo
de unos americanos que las tienen a puñados. Ahora ya podemos pactar porque, en
apariencia, les deja quedar bien ante los ciudadanos y pueden tapar la metedura
de pata de entregar armamento químico y material bélico peligroso a talibanes
extremistas que son peores que él. ¡Mundo mundial!
Egipto
ha quedado en el olvido, pero tiene para primeras páginas de periódico aunque
ya no interese enseñar la sin razón de occidente. Se montó el cristo de la
primavera árabe, expulsaron a su dictador, convocaron elecciones democráticas,
en la medida que son democráticas las elecciones occidentales, el gobierno que
salió no les gustó y mandaron a los militares a dar un golpe de estado,
aplaudido por esos demócratas que respetan la democracia cuando les viene bien.
El golpe de estado fue bestial y sangriento, dispararon a matar, desalojaron
con violencia los espacios públicos, hicieron ilegales a los Hermanos
Musulmanes (que no son amigos míos) y pusieron detrás de las rejas de unas cárceles
cargadas de silencios y torturas a todos los que consideraron líderes. Estoy
hablando de miles de personas enchironadas por pertenecer al partido que
gobernaba porque le habían votado. Hoy 44 muertos en las calles, fotografías
donde los policías disparan a matar personas (no al aire), cada día más represión…
y comenzaron hablando de la primavera árabe…creo que yo he comenzado a hablar
del tiempo mejor que los ejércitos occidentales que apoyan a esos militares.
Ayer
os hablaba de los muertos de Lampedusa, a los que la invasión de Libia dejó sin
trabajo y sin esperanza, obligados a morir en la bodega de un barco y, si eras
pudiente, en el mar. Hoy entran a saco en Libia y se llevan a un supuesto
terrorista que acabará en Guantánamo o desaparecido como Bin Laden, traspasan
fronteras, deciden gobiernos, dominan materias primas, provocan las guerras
para vender sus armas y, encima, son siempre los buenos de nuestras películas
(nuestro gobierno forma parte de esas decisiones como los otros y en algunos
casos, como en Irak, más que otros).
Irak,
Afganistán, Libia, Egipto, Siria… siempre después de la intervención el olvido
y la muerte, siempre los desplazados y la miseria. ¡No aprendemos!
Un
tío en televisión ha sido entrevistado, es del ala dura del PP (si es que hay blanda), llamado Pujalte, ha
prometido que llegaran las banderas victoriosas de los tiempos de Aznar a
nuestros bolsillos, todo ha quedado bien. Pero ha dicho que él nunca miente y
ha sido llamado por Pinocho en persona porque Rouco le ha pedido que no sean
soberbios. La carne de nariz está bajando de precio alarmantemente en los
mercados secundarios…
Buenas
noches, a la nostalgia de la tarde de otoño con lluvias suele sucederle una
mañana cargada de la promesa de un sol tibio lleno de esperanza.
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