jueves, 17 de octubre de 2013

LAS INSTITUCIONES DEBERÍAN CONTROLAR SUS GASTOS
De la derecha no espero nada pero a la izquierda y a las organizaciones sociales debemos exigirles detalles.
La iglesia podría haberse marcado un tanto con los países subdesarrollados el día mundial de la pobreza. Otra que se le escapó a Paco después de la de los beatos.
            Y aún vivimos mucho mejor que en la mayoría de los países del globo…

                        
  
            Al final entre ETA, el PP, CiU, Ciutadans, Euskadi y los colaboradores habituales van a acabar creando un clima de crispación sin saber si tiene salida la situación que se está creando. Desde luego van  consiguiendo esconder las vergüenzas de los partidos y su ineficacia para controlar los gastos suntuarios. Los mismos, con diferentes collares, se empeñan en demostrarnos lo cabronazo que es el contrario. Los problemas de fondo o soluciones imaginativas para atacar con los problemas reales no son noticia en ningún medio de comunicación social.
            Repiten las mismas ideas. Somos los mejores, somos los expoliados, salvaremos la patria, alcanzaremos la libertad, sin nosotros el caos, con vosotros el infierno… Los parados se van convirtiendo en parados de larga duración, los pensionistas se están acercando a la pobreza con la subida de precios y de impuestos, las personas que no llegan a fin de mes aumentan y sus deudas no podrán seguir aumentando indefinidamente como las de los estados…Eso no son problemas, salvo cuando es el día de la pobreza.
            Creo que cuando la situación es tan dramática para millones de personas (nada dramática en comparación con lo que sufren las tres cuartas partes del globo terráqueo) sería necesario que todos los que dicen estar para servir a los ciudadanos tuvieran un poquito de cuidado en mostrar que no es una absoluta falacia. Los sindicatos podían suprimir el 80 % de su burocracia administrativa y enseñar ese voluntariado social que predican mostrándose beligerantes y suprimiendo lo no necesario. Las ONGs, a las que admiro, han caído en el mismo pozo, mantienen una estructura que come gran parte de las ayudas que llegan para solventar problemas sociales. Los políticos sabemos que no tienen remedio porque la mayoría vienen a disfrutar la poltrona en el mejor de los casos y a llenarse o llenar los bolsillos de los allegados; 64 diputados con piso en Madrid cobran dietas de alojamiento ( y no en el Pozo del Tío Raimundo…) y nadie renuncia ni nadie se las suprime de un plumazo sin derecho a reclamación.
            Es el chocolate del loro, pero animaría ver que vamos quitando cada uno lo que podemos para hacer este país más creíble y esta sociedad más habitable. Todos tenemos un pedazo de culpa con nuestro comportamiento diario pero hay algunos que además de ser castos deberían demostrarlo. Nos vamos acostumbrando a olvidar las obligaciones con la sociedad y exigir compensaciones por todo, es difícil renunciar a las comodidades de que disfrutábamos cuando vienen mal dadas.
            Un día comentaba que había ido a votar a Zapatero porque prometió subir las ayudas al tercer mundo y lo hizo. Estoy seguro de no votar nunca al PP porque lo primero que ha hecho es bajar a mínimos su cooperación internacional para ayudar a los países pobres, dentro vemos lógica la solidaridad cuando la hacen los otros pero cuando se trata de practicarla cambia el tono y la letra de la canción.
            He salido a mirar la luna, que ya casi es llena, y recordábamos cuando se hablaba de cooperativas, de arrimar el hombro en las pequeñas empresas, de mejorar las condiciones de vida de los desfavorecidos, de libertad de los medios de comunicación… Cada tema tenía un transfondo de tristeza y nos hemos dicho buenas noches para ir a dormir, mañana será otro día aunque seguirán los mismos problemas en las mismas esquinas.

            El capitalismo más rancio no quiere regenerarse y el franquismo más irracional se resiste a desaparecer. Una sonrisa irónica cuando veo que los EE.UU. aún están discutiendo a morir si las personas tienen derecho a asistencia médica, el país más poderoso del mundo no tiene mejor pinta que nuestro entorno…

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