LAS INSTITUCIONES DEBERÍAN
CONTROLAR SUS GASTOS
De la derecha no espero nada pero
a la izquierda y a las organizaciones sociales
debemos exigirles detalles.
La iglesia podría haberse marcado
un tanto con los países subdesarrollados el día mundial de la pobreza. Otra que
se le escapó a Paco después de la de los beatos.
Y
aún vivimos mucho mejor que en la mayoría de los países del globo…
Al
final entre ETA, el PP, CiU, Ciutadans, Euskadi y los colaboradores habituales
van a acabar creando un clima de crispación sin saber si tiene salida la
situación que se está creando. Desde luego van
consiguiendo esconder las vergüenzas de los partidos y su ineficacia
para controlar los gastos suntuarios. Los mismos, con diferentes collares, se
empeñan en demostrarnos lo cabronazo que es el contrario. Los problemas de
fondo o soluciones imaginativas para atacar con los problemas reales no son
noticia en ningún medio de comunicación social.
Repiten
las mismas ideas. Somos los mejores, somos los expoliados, salvaremos la
patria, alcanzaremos la libertad, sin nosotros el caos, con vosotros el
infierno… Los parados se van convirtiendo en parados de larga duración, los
pensionistas se están acercando a la pobreza con la subida de precios y de
impuestos, las personas que no llegan a fin de mes aumentan y sus deudas no
podrán seguir aumentando indefinidamente como las de los estados…Eso no son
problemas, salvo cuando es el día de la pobreza.
Creo
que cuando la situación es tan dramática para millones de personas (nada dramática
en comparación con lo que sufren las tres cuartas partes del globo terráqueo)
sería necesario que todos los que dicen estar para servir a los ciudadanos
tuvieran un poquito de cuidado en mostrar que no es una absoluta falacia. Los
sindicatos podían suprimir el 80 % de su burocracia administrativa y enseñar
ese voluntariado social que predican mostrándose beligerantes y suprimiendo lo
no necesario. Las ONGs, a las que admiro, han caído en el mismo pozo, mantienen
una estructura que come gran parte de las ayudas que llegan para solventar
problemas sociales. Los políticos sabemos que no tienen remedio porque la mayoría
vienen a disfrutar la poltrona en el mejor de los casos y a llenarse o llenar
los bolsillos de los allegados; 64 diputados con piso en Madrid cobran dietas
de alojamiento ( y no en el Pozo del Tío Raimundo…) y nadie renuncia ni nadie
se las suprime de un plumazo sin derecho a reclamación.
Es
el chocolate del loro, pero animaría ver que vamos quitando cada uno lo que
podemos para hacer este país más creíble y esta sociedad más habitable. Todos
tenemos un pedazo de culpa con nuestro comportamiento diario pero hay algunos
que además de ser castos deberían demostrarlo. Nos vamos acostumbrando a
olvidar las obligaciones con la sociedad y exigir compensaciones por todo, es
difícil renunciar a las comodidades de que disfrutábamos cuando vienen mal
dadas.
Un
día comentaba que había ido a votar a Zapatero porque prometió subir las ayudas
al tercer mundo y lo hizo. Estoy seguro de no votar nunca al PP porque lo
primero que ha hecho es bajar a mínimos su cooperación internacional para
ayudar a los países pobres, dentro vemos lógica la solidaridad cuando la hacen
los otros pero cuando se trata de practicarla cambia el tono y la letra de la
canción.
He
salido a mirar la luna, que ya casi es llena, y recordábamos cuando se hablaba
de cooperativas, de arrimar el hombro en las pequeñas empresas, de mejorar las
condiciones de vida de los desfavorecidos, de libertad de los medios de
comunicación… Cada tema tenía un transfondo de tristeza y nos hemos dicho
buenas noches para ir a dormir, mañana será otro día aunque seguirán los mismos
problemas en las mismas esquinas.
El
capitalismo más rancio no quiere regenerarse y el franquismo más irracional se
resiste a desaparecer. Una sonrisa irónica cuando veo que los EE.UU. aún están
discutiendo a morir si las personas tienen derecho a asistencia médica, el país
más poderoso del mundo no tiene mejor pinta que nuestro entorno…
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