lunes, 28 de octubre de 2013

LLAMAN A LA VENGANZA JUSTICIA
Intentan vendernos que un español convenció a una docena de gilipollas, que formaban el Tribunal de Estrasburgo, para ayudar a sus amigos de ETA.
¿Donde estaban esos miles de personas cuando se pedía castigar a los asesinos del franquismo por sus asesinatos según las leyes? ¿Esos eran vencidos y no personas?
            Garzón debe sentir mucha tristeza por las víctimas a las que no pudo reconfortar aplicando justicia al olvido.
                        
                                     


            Llevamos un empacho de víctimas que hemos perdido el norte. Les escucho a todos los políticos que están con todas las víctimas aunque quiero entender que les piden que puedan votarles en las próximas elecciones. ¿Son víctimas los que mueren de hambre porque el capitalismo decidió ignorarles? ¿Es igual un guardia civil muerto en su trabajo que una persona que defendía sus ideas y la asesinaron? ¿Son iguales los que están en las cunetas durante cuarenta años que los de hace menos tiempo?
            Para mí todos los muertos o víctimas no son iguales. Con algunos siento empatía por coincidir con sus ideas o con sus gestos, con los torturadores hubo una época que no sentí tristeza de que fueran ajusticiados, con aquellos que no conozco pero que niegan el punto de vista de los otros tengo tendencia a mantenerme indiferente. No, para mí son diferentes y no tengo ningún interés en cambiar mis sentimientos.
            Lo que si me gustaría es que las leyes fueran iguales para todos. Bajo la amenaza de volver a resucitar al caudillo en los años 70 se declaró una amnistía para todos los criminales que habían colaborado en la muerte de miles de personas y vivieron en la calle aquellos asesinos gobernando nuestro país en un régimen que llamaron modélica democracia. No tuvieron cadena perpetua sin redención de pena, ni se arrepintieron nunca de sus tropelías (aún hoy se niegan a condenarlas), ni entraron en la cárcel por que ellos eran los vencedores, los buenos, los que decidieron que un pueblo votando era una frivolidad prescindible.
            Creo que habría que recordar a las víctimas de la represión de los cuerpos de seguridad en el país vasco. ¿Alguien les posibilitó un juicio justo a aquellos que fueron quemados en cal viva para no dejar rastro de las torturas? No niego los otros muertos, pero mezclando violadores con asesinos de niños y a miembros de Herri Batasuna con ETA o con los muertos en el atentado de Atocha están contribuyendo voluntariamente a la ceremonia de la confusión para sacar los más bajos instintos de los españoles. Por cierto están en la calle con cargos públicos bien remunerados personas que participaron en el asesinato de los abogados de Atocha cuando salíamos del franquismo más rancio, pero eran de los buenos, de los vencedores, de los que acabaron tirando a la basura los votos de los españoles para declararse salvadores, a si mismos, de la madre patria.
            Es la tercera vez que lo escribo. El tribunal de los derechos humanos de Europa, ha dictaminado que una ley pisa esos derechos. Ya sabemos que ese tribunal estaba compuesto por una docena de gilipollas que se dejaron convencer por un impresentable español que es el que ha liado toda esta movida.
            Vencedores y vencidos. Este fue el lema de la represión después de la guerra civil. Aquellos asesinos quieren que veamos a sus sucesores como corderitos que vienen, desde su dolor, a reclamar la pena de muerte y la cadena perpetua para aquellos que ellos, los vencedores, consideren víctimas. Todos los muertos tienen familias, todo el dolor de perder un ser querido no se puede apagar nunca, pero las leyes (si no nos levantamos en una gran revolución) están para posibilitar la convivencia y no para pisar los derechos fundamentales de las personas.
            Me ha faltado Rouco a la cabeza de la manifestación para acabar de enterarme de quienes son los buenos y los que irán al cielo. Algunos malintencionados creen haberlo visto en la sexta fila condenando a quienes la ley ya castigó. Francisco le debió llamar para que no se prodigase en exceso…
            Estoy cansado de ver tantos políticos meapilas buscando votos. La sentencia que dice que se están pisando los derechos humanos no puede parecer mal para quedar bien con los que buscan la venganza más allá de las leyes.


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