miércoles, 30 de octubre de 2013

NADIE CONTROLA A LOS ESPIAS
Ellos deciden quienes son terroristas y entran a escuchar hasta debajo de la cama.
Este dron igual escucha que lanza bombas, no tiene ni piloto para que le pidamos responsabilidades.
Espero que no estés en la lista de los que el ministro del interior es capaz de considerar terroristas. La decide él, dios todopoderoso que vela por la seguridad de todos.
                              

            Pienso desde hace tiempo que todos estamos siendo espiados y que eso de la privacidad es una gaita que suena bien pero le falta aire. Cuando comencé a ver mi casa y mi coche en mi ordenador con el Google Earth gratis y mi pueblo, donde no vive nadie, con su iglesia y sus casas estuve seguro que eran capaces de saber lo que hacíamos dentro de casa y hasta debajo de las sábanas.
            Las cámaras en las calles, en los cajeros, en las tiendas, en los bares, en las discotecas, en los conciertos, en las playas… Siempre cuando pasa algo acaban saliendo imágenes que demuestran que estamos siendo constantemente grabados. Las conversaciones de los móviles, la localización de donde se encuentran, los mensajes que borramos… solamente son irrecuperables los discos duros del PP porque los destruyeron y nadie tiene interés en buscarlos.
            El estado español reconoce que espía a los terroristas para evitar atentados. Lo peligroso es que, sin orden del juez, vigila a cuantos ellos consideran terroristas y ya hemos visto que quienes se manifiestan rodeando el Congreso o se alegran porque se cumpla la sentencia de Estrasburgo son terroristas confesos. Desconozco cuantos terroristas existen para el ministro del interior o de justicia pero me temo que los abortistas son asesinos, los independentistas con monstruos capaces de las mayores iniquidades y quienes decimos que no fue una transición modélica sino un churro franquista debemos estar también entre sus terroristas buscados.
            Ayer creo que no me atreví a escribir por si me estaban espiando y venían a por mí. Guantánamo está lleno de inocentes sospechosos, Irak tiene las cunetas llenas de inocentes, los drones se cargan a civiles sospechosos por vivir en unas montañas declaradas inhóspitas y terroristas por los EE.UU. y estos son hechos conocidos cuando su actividad es secreta. ¿Qué no serán capaces de hacer cuando no les vemos?
            Los drones, como los satélites, me tienen supermosqueado. Las escuchas solamente hacen que localizar lo que les interesa espiar. A Francisco por si es un papa peligroso o a la Merkel por si tiene un amante, quizá a Pinocho, por si quieren obligarle a algo, también le tienen bien fotografiado en situaciones poco convenientes. Son indeseables que para nada respetan la privacidad que cacarean, buscan controlar al personal y no paran en detalles como los derechos humanos.
            Y son todos los países los que participan de estos malvados juegos. Se rasgan las vestiduras pero están pendientes de las próximas revelaciones de Snowden por si sacan sus vergüenzas y sus cambalaches. Le consideran un traidor, un hombre que pone en peligro al Estado y a la humanidad, parece que sea el único culpable de todas las tropelías cometidas por los estados.
            Esperemos ser tan insignificantes para no entran nunca en su lista de posibles terroristas. Con Franco nos podemos ir a vivir unos días fuera de casa mientras acababan las redadas pero ahora nos localizan de inmediato, somos incapaces de vivir sin móviles y los móviles son unos chivatos a sueldo de los poderosos. Antes te detenían y te daban una manada de hostias hasta que cantabas lo que no sabías, ahora te envían a un dron que primero te fotografía, luego te escucha y si no le caes bien o estas en una boda multitudinaria te suelta un bombazo y se acabó la fiesta. Nadie iba montado para ser responsable.

            Mi casa en un barrio de este lado parece que estará, de momento, a salvo.

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