SE
COMBATIRÁ LA POBREZA CUANDO
TODOS QUERAMOS
Los muertos de Lampedusa se
evitarán no cuando les visite el papa sino cuando se acabe con la miseria de
sus países.
¡Que pena vivir en un mundo tan egoísta!
Olvidamos que son personas las que mueren en el otro lado…
870 millones
de personas en el mundo pasan hambre. Es un dato escalofriante. Sobre todo
teniendo en cuenta que en nuestro planeta vivimos en total 7 mil millones de
personas y nuestra capacidad productiva sería capaz de alimentar al doble, a 12
mil millones. Lo dice la FAO ,
la Organización
de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura. El hambre es entonces un problema
con solución. Pero los gobernantes internacionales no se ponen de acuerdo.
Tienen en sus manos la llave para la erradicación del hambre, pero no la usan.
¿Tienen la voluntad real de acabar con el problema?
Evidentemente
la respuesta es: NO
El mundo
occidental mantiene al tercer mundo en la miseria consciente de que las
personas que allí viven no tienen derechos y sabedores de que son un filón de
mano de obra barata para explotar. Los gobiernos occidentales, o del primer
mundo, no tienen como labor prioritaria evitar la muerte de estas personas y su
situación infrahumana.
Cuando estas
personas tienen acceso a la televisión y a las noticias y conocen como se vive
en el mundo de los ricos no debe extrañarnos que corran para intentar disfrutar
de nuestros privilegios. Morirse de hambre en su tierra o en una patera en el
borde del paraíso no tiene importancia.
La mayoría de
las ONGs han burocratizado tanto su labor que gran parte del dinero no llega al
destino para potenciar una vida digna en su país. La labor de los gobiernos,
que es la única que puede enfrentarse al problema, se encuentra con pocos
recursos porque prefieren vender su excedente de armas o exportar sus guerras a
atender las necesidades básicas de las personas.
¡¡SON
PERSONAS!!
Cuando se
ahogan junto a la costa, se cuelan en nuestro entorno o recogen cartones en la
basura, siguen siendo personas intentando sobrevivir en un mundo que han
descubierto que es más peligroso que su miseria. Les vemos lejanos, se ahogan
ellos, nos quitan el trabajo ellos, son sucios ellos… y olvidamos lentamente
que son personas las que mueren al borde de su sueño.
Alguna vez he
ido a votar a partidos que prometen elevar su ayuda al tercer mundo, algunos
gobiernos son mejores de otros pero casi todos intentan darles lo que no
necesitan, lo que quieren quitarse de encima… Es verdad que algunos roban, que
la delincuencia es mayor cuando se vive en el borde del hambre rodeado de
riqueza, pero creo que yo no sería tan sumiso como ellos, lucharía robando para
comer cada día y utilizaría la ilegalidad para conseguir sobrevivir. Ellos
solamente tienen una vida como nosotros y su única culpa es haber nacido al otro
lado, donde pintan bastos…
Cuando mueren
cientos de ellos en Lampedusa nos hierven los sentimientos, pero hay muchos
muertos cada día, miles de muertos cada día, en le anonimato de una lancha
inflable o junto a una tierra que no les alimenta.
Estos venían
de Libia donde gobernaba un dictador, llamado Gadafi, muy malo, al que los
buenos degollaron. En ese país había millones de subsaharianos trabajando y
ahora buscan una barca para llegar a Lampedusa, los señores que están cobrando
la factura de sus armas se olvidaron de dar cobijo a estas personas en su
memoria. Mueren huyendo de una guerra que occidente provocó sin que nadie le
llamara a hacerlo si no fueron sus intereses petrolíferos.
Me enfado
muchas veces con Pinocho y con mil problemas más pequeños pero me indigna que
los gobiernos que tienen poder para hacerlo no intenten siquiera evitar la
muerte de esos 870 millones de hambrientos. Este mundo trata peor que a
animales a quienes tuvieron la desgracia de nacer en el otro lado de la vida… Hoy
miraba el arco iris de un día de otoño lluvioso y olvidé aquellos muertos que
ya solamente son fotografías para periódicos.
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