jueves, 7 de noviembre de 2013

EL KAMIKAZE INDULTADO
Mata a una persona, le condenan a 13 años, cumple 10 meses y le pone el Gobierno en la calle. ¿El joven muerto, y sus familiares, no son víctimas?
Un tribunal ha anulado el perdón pero ha abierto la puerta a las trampas. ¿Alguien explicará por qué le indultaron? ¿Alguien pedirá perdón?
                                 
Hoy me siento algo mejor. Los jueces del Supremo, muchos de ellos afines a la derecha, han sentido vergüenza de las decisiones de sus compañeros de ideología. Muy gorda tenía que ser la que montaron para que un tribunal dominado por la derecha acabe condenando al gobierno del PP.
Los hechos sucedían en Valencia en el año 2003. Un Kamikaze conduce durante cinco kilómetros en dirección contraria provocando un choque frontal con otro vehículo causando la muerte al conductor, un joven de 25 años, y daños graves a su pareja. Un tribunal, ocho años después, algo normal en la no justicia española, dictamina que lo hizo deliberadamente y le condena a 13 años de cárcel.
El gobierno del PP indulta a dicho personaje cuando solamente había cumplido 10 meses de su pena. La fiscalía y los jueces estaban en contra de la medida pero el gobierno le puso en la calle. Abogados amigos, fuertes lazos de amistad y familia con miembros del gobierno, todo aderezado para una sin razón que no tiene justificación posible.
El mismo tribunal deja en suspenso su decisión durante tres meses para que el gobierno pueda apañar una solución. Puede rebajarle la pena para hacer teatro y, al final, no pasará nada. El kamikaze también tiene tiempo para largarse mientras se lo piensan. Nadie ha intentado justificar por qué se concedió este indulto, como muchos otros, que atentan contra la estabilidad emocional de quienes queremos creer en algo.
Si esperáis que el gobierno pida perdón o que algún miembro del gobierno dimita o nos explique quién propuso y por qué el indulto es que vivís en un mundo que sucumbió hace mucho tiempo ante la megalomanía de los políticos y del personal que tiene la pasta o la llave de las creencias. Y si hicieron esto con un matadillo, que andaba en sentido contrario, que no maquinarán con los amiguetes que se quedaron con los millones de las cajas y arruinaron al país.

A propósito de creencias, los centros del Opus, esa secta dentro de la otra secta, que separan (para evitar el pecado de la carne) a los alumnos por sexos recibirán el concierto porque así lo quiere nuestro católico confeso Gobierno. Son mejores que Wert y tendrán más trozo de cielo. Es la manera de repartir equitativamente, dar a los muy ricos lo que no necesitan aunque sea a costa de quitarles lo básico a quienes andan bien jodidos.

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