miércoles, 4 de diciembre de 2013

CON DOS GRAMOS DE HUESO HABLAN 400.000 AÑOS
No maravillarnos de hechos como éste habla de la perdida de esa capacidad.
Quizá cuando los chinos lleguen e invadan la luna…
Pisa es un renglón para pensar no el dios que permite decir tonterías cada cierto tiempo.

                       
  
            Aquí todo el mundo está hasta las cejas de problemas y miedos, de desconfianzas y de mala leche contra los vividores, de aguantar a Pinochos, Matos, infantas, ERESs y de los ramalazos fascistas  del ministerio del interior. Todos callamos pero todos aguantamos alguna de estas enfermedades que no dejan fluir la vida con normalidad en nuestro entorno. La prensa ha decidido cambiar las malas noticias y se ha ido a mi tierra para decirnos que somos grandes, que tenemos la secuencia de ADN de un ser humano más antigua del mundo mundial.
            Atapuerca está cerca de Burgos y allí se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del mundo. Hoy es una zona inhóspita donde no se iría a vivir nadie pero en tiempos debía atraer a aquellos primeros humanos por proporcionarles supervivencia, aún la tierra tenía semejanza con un paraíso y nos recordaba que vamos introduciendo el dibujo del desierto en los montes llenos de barbechos, donde de vez en cuando vuela una perdiz para solaz de cazadores a prueba de paciencia. No se para que servirá eso del ADN pero como poco podremos saber que no estamos lejos de los simios y quizá se aventure alguno a decir que nos hemos convertido nosotros, también, en monos sin mucho pelo. No somos un barbecho pero necesitamos abrigarnos, sobre todo en el frío de Burgos, mucho más que los monos para no acatarrarnos.
            Si pasáis por allí acercaros a la prehistoria, tienen un museo que hace algo más amenos los dos trozos de hueso que liberan con sumo cuidado los especialistas. Les dejaron dos gramos de hueso de un fósil (debían ser de fiar o tener enchufe) y son capaces de dibujar cómo eran las personas de hace 400.000 años. Hemos perdido la capacidad para maravillarnos de los avances de la ciencia, al mismo tiempo que no nos deja de cabrear que no sean más prácticos para erradicar el hambre y las enfermedades del planeta.
            Pueden los chinos aterrizar un artefacto en la luna, vemos aviones sin tripulantes cargarse presuntos delincuentes de un bombazo, nos creemos que los satélites llevan a los televisores cuanto sucede en la tierra y hablamos o jugamos con medio mundo como el hecho más normal de nuestras vidas. Hemos perdido la capacidad de maravillarnos por eso intento cada noche asomarme al balcón y mirar las estrellas y hablar con la luna, es increíble que todo ese universo pueda funcionar y dejarnos sobrevivir en esta esquinita del mundo…



OJO: Sería bonito educar en los alumnos la capacidad de maravillarse y el deseo de investigar. Estamos hablando del informe PISA y de las causas del fracaso pero para arreglarlo estamos brillantes: más alumnos por aula, más culpables los profesores, fuera sustitutos, castiguemos al que debe poner ilusión, más tasas y menos becas, más revalidas y nada sobre formar al profesorado para adaptarse a los nuevos tiempos y educar a los padres para entenderlo y exigirlo.

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