sábado, 17 de junio de 2017

MUCHOS ESTABAN VIVOS HACE OCHENTA AÑOS
La esperanza de vida era de 50 años, menor en los hombres como actualmente.
La cuarta parte del dinero para comer se gastaba en pan.
La mitad de los  españoles trabajaban en la agricultura o en la pesca en esos pueblos hoy deshabitados.
                         Resultado de imagen de banderas de la republica española
  
 Hoy rebuscando en los años de la República, allá por los años 30 del siglo pasado, me han sorprendido muchas cosas sencillas que al reflexionar te ponen la carne de gallina. Siempre decimos que las personas a los cincuenta años eran viejos para nosotros cuando éramos críos pero hoy al leer la esperanza de vida te das cuenta de que no solamente eran viejos sino que tenían muchas posibilidades de palmarla pronto. Vivir hoy, ochenta años después, me ha regalado 18 años de vida y aún no me veo al borde del final porque la  esperanza de vida está por encima de los 80 años.
La segunda sorpresa ha sido recordar que las personas vivían en los pueblos porque trabajaban allí. Más de la mitad de los españoles vivían de la agricultura y las condiciones de vida eran muy diferentes: sin agua en casa el pilón y el río eran de obligada visita para lavarse, beber o lavar la ropa, sin teléfono en muchos pueblos o con una centralita, con luz escasa y a ratos, sin frigoríficos, sin televisión…. Y hemos conseguido recordarlo con cariño haciendo inventarios de trillos, nidos de pájaros o fotografías de primera comunión.
Yo aún mantengo el vicio del pan, quizá de aquellos tiempos de escasez, y cuando veo las mesas con el pan intacto mientras desaparece la carne, el arroz o los postres no puedo por menos que sorprenderme de los cambios tan rotundos que ha experimentado la cesta de la compra. El pan se llevaba la cuarta parte de lo que gastaba una familia en comer que era casi el 70 por ciento de los ingresos de la familia. “Con pan y vino se anda el camino”… tiempos aquellos.
Uno de cada tres españoles (más mujeres) era analfabeto. Los niños/as abandonaban la escuela para ayudar en casa y la media de alumnos en clase (eso que ahora llaman ratio con 22) era de 64 alumnos (yo todavía pesque en los años setenta más de 40 alumnos en mi aula). Y se sabían los nombres de sus alumnos aunque tuvieran suelta la vara y la mano…
Y aquella gente hablaba del divorcio (y lo aprobaban), sacaron una ley para quitar el sueldo a los curas, repartieron tierras entre muchos jornaleros que no las tenían, prohibieron la religión en la educación e intentaron acabar con la enseñanza religiosa y fueron capaces de mandar al extranjero a un Borbón que reinaba en España. No en todas las cosas hemos mejorado…

Los padres y las madres estaban tan ocupados en atender a las necesidades básicas que no les sobraba tiempo para mimar a sus vástagos…

Nota: También prohibieron tocar las campanas de las iglesias, me acordé de su buena idea cuando me despertaron, esta mañana, los diez toques del reloj de los curas que soporto a 300 metros. Y ahora tenemos móviles para saber la hora...

1 comentario:

  1. Cuando te pones nostálgico eres genial. Ex abundantia cordis os loquitur. Espero que no necesites diccionario. Cuídate

    ResponderEliminar