¿SE PUEDE CREER EN LA JUSTICIA?
Se
hace muy difícil si no eres rico, delincuente o chorizo de lo público.
Eso
de la presunción de inocencia comienza a ser un cuento para infantas.
Los
delitos prescriben o te declaran no culpable si eres poderoso para recurrir y
montante una defensa que cuesta mucho dinero.
Han jugado tanto con la justicia que
estamos a punto de acabar con ella desde lo más alto. El Tribunal
Constitucional deja libres de culpa a cuantos se acogieron a la amnistía fiscal
sin ser el mismo el condenado. ¿Por qué espero años para leer dos párrafos y
paralizar la fechoría? ¿Para qué tiene ese monumental edificio si deja que se
lleve a cabo una fechoría que podía paralizar en cinco minutos porque se saben
la constitución? Lleva décadas dejando dormir los temas que no le interesa
tocar y corriendo en aquellos que el amo requiere celeridad… Es difícil creer
en un tribunal que debe sentir la tentación de lamer la mano de quién le da
de comer.
Yo hace muchos años, cuando el
dictador tenía una policía asesina, defendía con mucha energía la presunción de
inocencia porque algunos compañeros eran condenados sin haberse acercado al
lugar de los hechos (palabra de policía, algo que suena a ley mordaza) o por
pensar distinto que quién prohibía pensar según en qué cosas. Hoy dudo tantas
veces que no las cuento, no pueden irse de rositas y aguantar las poltronas
aquellos que sabemos los profanos que se han forrado a cuenta del dinero de
todos. Tienen que justificar cada euro que tenga un funcionario público y obrar
en consecuencia, dinero y propiedades confiscados hasta que acaben los procesos.
El otro tema es la lentitud de la
justicia. No sé si es por falta de medios (algo hay de esto) o porque según a
quienes no se le persigue con la misma celeridad que a un roba gallinas. Nos
encontramos que aparte de darles años para destruir pruebas y colocar el dinero
en paraísos fiscales, o a nombre de personas interpuestas, muchos delitos han
prescrito. Y se quedan tan anchos, parece que la justicia comenzó a perseguir
delitos con la llegada de las personas indignadas a las plazas. Ellos siguen
escapando a las leyes disfrazados de infantas o viendo correr el tiempo entre
recursos y pactos.
¿Qué hacen en la calle 500 Bárcenas
o Ratos? Posiblemente en la cárcel tendrían mejor memoria para recordar los
hechos y evidentemente no podrían disfrazarse de infantas porque los vigilantes
les incomunicaban.
Es casi imposible seguir creyendo en
la justicia porque cada día vemos más claro que no solamente los jueces, algunos,
sino las leyes están al servicio de los poderosos. Los chorizos de guante
blanco se merecen una legislación especial para acabar con la impunidad que les rodea. Los de abajo no podemos aguantar a los dirigentes fingiéndose idiotas
cuando todos sabemos que lo que son, en la mayoría de los casos, es culpables de
haber metido la mano en la caja o de haber mirado para otro lado mientras otros
hacían el trabajo sucio.
La solución podría ser priorizar por parte del juzgado ese tipo de delitos para poder recuperar el dinero robado lo antes posible, pero aquí todo el mundo (jueces incluidos)se lava las manos y los dan curso por fecha de entrada en el juzgado. Es una manera de quitarse marrones.
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