domingo, 16 de julio de 2017

EL EGOISMO Y LOS DERECHOS
Nos estamos convirtiendo en ciudadanos cargados de egoísmos y poco dados a dejarnos llevar por el altruismo.
Queremos que lo nuestro sea respetado y demasiadas veces creemos tener excesivas razones para que nadie se meta con nosotros.
Si no te gusta no te enfades, puedes pedirte una ciudad para ti solo.

                               Resultado de imagen de fotografia de peces muchos en el mar
                                  

            No sé si es bueno o es malo pero percibo que desde muy pequeñitos esta sociedad nos enseña a disfrutar de derechos y prebendas con mayor intensidad que a afrontar las obligaciones y el respeto que se necesita para que todos podamos participar del mismo pastel. Gritan los niños exigiendo tanto a padres como a profesores que sean satisfechos sus deseos y son mimados para que no se sientan frustrados aunque eso implique que les dejemos desvalidos y sin defensas para cuando lleguen los verdaderos problemas.
            Los adolescentes y jóvenes, con trabajo y sin trabajo, creen que la vida es algo que tienen que cuidar sus padres y sus salidas de fin de semana un derecho que deben que respetar porque son personas adultas. Coche, dinero, levantarse tarde, echar unos correos para buscar empleo y sus necesidades cubiertas; además tienen que ser consolados porque sufren una presión emocional muy intensa al tener que depender de sus padres o abuelos. Entre algodones muchos van creciendo sin que se vislumbre cuando tendrán que bajar a la realidad y aceptar que también tienen obligaciones.
            Cuando nos vamos haciendo mayores nos volvemos más selectivos y tratamos de imponer nuestros derechos o egoísmos con razonamientos muy elaborados. Elegimos a los toros bravos para defender animales, cuesta poco a quién no le gustan aunque luego Pamplona se llene de gente con sus fiestas montadas en torno a dicho animal. No pedimos que quiten subvenciones y que no lo televisen sino que desaparezcan las corridas. Se han enfadado las vacas estabuladas, llenas de inyecciones y pienso, los pollos de granja, los conejos de jaula, los peces de piscifactoría, los lobos, los zorros… millones de seres hacen cola para ser mimados junto a los toros por quienes disfrutan de buenos filetes o guisos de animales en cautiverio.
-          Te equivocas Elías, yo no como carne, soy vegetariano.
Han decidido que las plantas no sufren. Eligen a quienes se quejan menos. Ellas se guardan en invierno y florecen en primavera, saben del tiempo, de cómo reproducirse y sabían de cómo defenderse hasta que el hombre deterioro su entorno y decidió acabar con su corta vida porque no ladraban como los perros y no eran tan inteligentes como los delfines.
En un pueblo de no sé dónde han prohibido fumar hasta en la calle para que los niños y adolescentes no vean semejante pecado. Comenzaron con los bares, restaurantes, sitios cerrados, hospitales, negando espacios con ventana a los que venían enganchados del pasado. Era fácil exigir a quienes no tenían esa mala costumbre instalada en sus pulmones, pero nadie pide que no se beba alcohol en los bares ni en las casas porque es una droga malsana porque el que más y el que menos se toma un vinito, una cerveza o una copa de cava…
            Los ciclistas exigiendo respeto pero infringiendo con excesiva frecuencia las normas de circulación, se escucha más lo del metro y medio que la prohibición para las bicicletas de saltarse en rojo los semáforos. Los dueños de los perros exigen playas, espacios de esparcimiento, que no se maltrate ni golpee a ninguno de ellos pero no denuncian las cagadas sin recoger, no piden un impuesto para limpiar sus orines, ni se les pasa por la cabeza comenzar a exigir que quien tenga un animal de compañía tenga en sus casa las condiciones higiénicas mínimas para que no tenga que ensuciar las calles (¡a quién se le ocurre hacer que un animal haga sus necesidades en casa! Bueno, al hombre).

Quizá muchas de las cosas que escribí hoy te molesten pero pienso que esta sociedad nos está acostumbrando a exigir cuando no nos cuesta y a prohibir cuando quién paga es el vecino…

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