lunes, 31 de julio de 2017

GOLPE DE ESTADO EN VENEZUELA
¿Recuerdan las armas de destrucción masiva de Bush y Aznar?
Aquí unos golpistas en la calle son aplaudidos por occidente.
¿Tenía Maduro potestad para convocar las Cortes Constituyentes?

                         Resultado de imagen de caricatura del presidente maduro

Había una vez un país que había convocado 21 elecciones pero era una dictadura. Una torpe dictadura porque hasta las perdía, como las últimas que se celebraron para ocupar la cámara legislativa del país. La prensa de la derecha despotricaba del poder cómo suele suceder en las dictaduras. Y las calles se llenaban de opositores agresivos sin que la policía interviniera para disolverlas como todo el mundo sabe que acostumbra a suceder en los regímenes sin libertades.
Este país, empeñado en hacer las cosas al revés, se propuso acabar con el analfabetismo, el hambre y la falta de viviendas sociales. Quería, el muy ladino, agarrar a los pobres y darles un mínimo vital para que le votarán y así cargarse la democracia con artes prohibidas en América Latina. Pensaron, los poco demócratas, que se podía ir por el mundo dejando a los países vecinos compartir el petróleo que ellos tenían en abundancia. Son culpables de tantas cosas que solamente enumeramos las principales.
Para hacerles entrar en razón, nosotros los buenos, decidimos que su petróleo bajara a la tercera parte de su precio para evitar que dilapidaran los tesoros del país ayudando a los que viven en el otro lado. Salimos a la calle, disfrazados de manifestantes, para decirle al mundo que quienes podemos volver al país al sitio donde ha estado desde hace siglos nos necesitan a nosotros. En voz alta, desde la prisión cruel pedimos, auxilio y en casa, confinados, tuvimos que gritar al mundo el tremendo robo a que estaba sometido el pueblo Venezolano.
Aquel presidente pecador tuvo la osadía de querer cambiar la constitución y convocó unas elecciones constituyentes. El diablo en persona vino a comunicarle que ganaría las elecciones y nosotros, que no queremos tratos con Lucifer, nos negamos a participar en tamaño ataque a la democracia, llamar al pueblo a votar porque a él como presidente le estaba permitido tamaño disparate. El mundo bueno sabía que teníamos razón.
Llegado el día esperado metimos miedo a los diablos, prendimos fuego en las calles y les dijimos a los venezolanos que se quedaran en casa. Demostración palmaria de que han dominado el país con su magia maligna es que salieron a votar más del 40 % de los votantes, una cifra exorbitante. Evidentemente nadie vio a las personas votar, una de cada cuatro eran invisibles y nosotros estamos en condiciones de decir al mundo que solamente está condenado el 12 % que ha votado.

Tenemos que destruir a este pequeño infiltrado que tiene armas de destrucción masiva. Mandaremos nuestros ángeles a derrotar a lucifer porque el mundo sabe que no tendrán para comer mientras nosotros seamos quienes abastecemos sus mercados. Es llegada la hora de que Maduro se rinda por inventarse esa gran masa de votantes que nadie vio porque, ya dijimos, eran invisibles enviados de satanás.

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