sábado, 29 de julio de 2017

MENOS PARO Y MENOS TRABAJO
 Es muy curioso que con tantos nuevos trabajadores sigamos haciendo números rojos en la seguridad Social.
Cada paga extraordinaria de los jubilados hemos tenido que echar mano de la hucha de las pensiones (hasta agotarla) porque la recaudación no llega.
Contrato de una hora para cualquier cosa y bajamos el paro…
                                           Resultado de imagen de fotografia de trabajos precarios
  
            Han cogido la manía de sacar los datos de empleo, milagrosos según ellos, para ponerse medallas y cubrir las espaldas a los miles de chorizos que están integrados en el partido del hecho sobrenatural. Somos los que más recuperamos porque fuimos los que más bajamos, disminuye el empleo porque era de los más altos, la superación de la crisis (si acaba algún día) depende de la marcha del mundo no de los trucos de magia de Pinocho.
            Un dato que siempre callan, que nadie les afea, es la recaudación por IRPF de los trabajadores. Seguimos sin cubrir las necesidades de la seguridad social porque el empleo baja a base de empleos precarios, eventuales, por horas o en prácticas. Conseguimos tener menos parados pero cada día más personas se las ven y se las desean para llegar a fin de mes y no hablo de las viudas, sin ayuda a la dependencia, sino de trabajadores que tienen que juntar sueldos en casa para sobrevivir.
            Evidentemente que estamos un poquito mejor que cuando estalló en toda su crudeza la crisis pero sabemos quién ha pagado el precio de la leve recuperación y quienes se han forrado a cuenta de la precariedad de los otros. Sigue sin abordarse el problema de los impuestos de las grandes empresas, nadie quiere meterse con los paraísos o semiparaisos fiscales, el copago de medicamentos, el IVA (que iguala a ricos y pobres)… tantas cosas en silencio mientras escapan los chorizos de 3 y el 10 %, con cuatro días de banquillo, con los bolsillos a reventar.
            Los temas importantes, los que afectan a las personas que lo pasan mal, siguen sin solucionarse. Nos entretienen con cuatro juicios, que nos hacen enfadar con su arbitrariedad y la falta de condenas a los corruptos, con tres atentados, con la manifestación de Venezuela o con las cuatro majaderías de Trump. Seguimos en las mismas, trapicheando con la economía sumergida y juntando sueldos precarios, los que pueden, para conseguir salir a hacer unas tapas en el bar del barrio o una escapada al pueblo para “vacacionear”. Muchos no hacen ninguna de estas dos cosas pero no salen a la calle, son el pueblo silencioso que sufre y calla.
            Nosotros seguimos viendo los restaurantes llenos, las carreteras atascadas, las playas a rebosar, los aeropuertos sobresaturados, los conciertos llenos hasta la bandera y las carpas rebosando de personas jóvenes que visten a la última moda. Debe tener razón Pinocho, España va bien, lo otro, lo de los que lo pasan mal, es un cuento chino, les pasa porque no quieren trabajar y prefieren vivir en la indigencia. Sonríen delante de un ventilador viejo dos abuelos que tienen la suerte de vivir para escuchar que son unos vagos y más allá de la ventana ven como carros de supermercado se llenar de cartones a pleno sol.
            Los que viven más cerca de estos que de los ladrones de cuello blanco están callados porque piensan que ellos alcanzaran el status de los ricos o tendrán la suerte de emigrar a tierras donde regalan euros al bajar del avión. Cada día crecen más las personas de clase media que tienen miedo a que les quiten lo que tienen y Pinocho les hace creer que él, el defensor de iglesias y millonarios, es el salvador de los que aún tienen un poquito que perder.
            ¡¡¡¡Sociedad solidaria!!!!
           


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