CIERRA
GAROÑA. ¡ALELUYA!
Hemos
olvidado que las centrales nucleares son bombas latentes que sirven para que la
energía sea más barata y… se forren las eléctricas.
Nos
hemos enterado de dos desastres, Chernobyl y Fuhushima, porque no pudieron
ocultarL del todo…
Es
un efecto parecido a 500 bombas de Hiroshima y miles de años de unas tierras y
un mar contaminados.
Los que vivimos los años en que se
hablaba de estas cosas no podemos menos que alegrarnos de que la más vieja, y
peligrosa, de las centrales nucleares españolas vaya a ser desmantelada (quedan
pendientes residuos radiactivos y contaminantes mil). Se ha muerto de vieja, como
aquel dictador del que hablamos de vez en cuando, y hemos tenido suerte de que
Chernobyl haya estado lejos pero no sabemos los peligros que hemos corrido y
los accidentes que ha tenido.
Quedan siete. Los países europeos le
vieron las orejas al lobo y pusieron en marcha un plan para hacerlas
desaparecer de sus territorios (Alemania y algo Francia…). Nosotros vendemos
humo: al dar por finiquitada Garoña porque no era rentable ponerla de nuevo en
funcionamiento. Sindicatos, gobierno del PP, vecinos, pidiendo que siga
funcionando, deben exigir industrias alternativas no perpetuar la vida
peligrosa de un vecino bien visible.
Las centrales nucleares son un
peligro, sus residuos y sus accidentes han deteriorado la Tierra para muchos
miles de años. Las aguas de los océanos saben de residuos enterrados, o
liberados en Japón, que bañan las aguas donde unos peces muy bonitos acaban en
el estómago de inocentes habitantes que nunca sabrán de la existencia de la
radioactividad.
Hubo un tiempo en que nos vendieron
que era muy barata, que era segura, que esa fuente de energía era necesaria
para mantener el mundo occidental y la calidad de vida de sus habitantes. Todo
era mentira menos lo de que era barata y ayudaría a forrarse a las eléctricas,
no a abaratar la factura de la luz. Las energías alternativas han sido denigradas,
se ha retrasado su funcionalidad y ahora, aún, las gravan con impuestos
elevados como si fueran un veneno peor que la energía nuclear.
La energía solar y la energía
eólica, unidas a la hidráulica, podrían abastecer al país si se hubieran mimado
desde hace muchos años. Son energías limpias que evitarían todos los desastres
que está padeciendo el Planeta como consecuencia de que el petróleo y la
energía nuclear sigan manteniendo el poder en manos de los de siempre.
Los que hablamos o recordamos estas
cosas somos ancianos que salimos de las cavernas para recordar guerras
olvidadas. Aún quedan 7 bombas de relojería en nuestro país y lo único que
hemos hecho es jubilar a la que hace años tenía la fecha de caducidad muy
pasada. Debemos esperar que un terremoto, un experimento o unas olas asesinas
no vuelvan a alimentar de veneno un mundo que puede evitar la energía nuclear.
Al escribir esto me siento fuera del
tiempo. Creo que son guerras que han
enterrado después de ganarlas los grandes asesinos de la naturaleza que amasan
tesoros en sus cuevas de Ali Babá.
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