LA
LOCURA DE ALSASUA
Piden
cincuenta años de cárcel por una pelea de bar en la que no hubo heridos de
consideración.
En
Euskadi y Navarra los bares son territorios marcados y las “víctimas”, muy
chulas ellas, se colocaron en territorio no amigo.
Cualquiera que haya pasado por las
noches de Navarra sabe que los ambientes en los bares son diferentes y que la
ideología marca el tipo de clientes. Si entras en un bar donde sabes que no
serás bien recibido, a las cinco de la mañana, debes hacértelo mirar y ponerte
el control de alcoholemia para ver si la bebida te ha afectado el coco. Es una
provocación en toda regla que debería aclarar, no justificar, muchas de las
cosas que sucedieron después.
A partir de aquí cada parte cuenta
su película pero indudablemente alguno expresó su rechazo a los nuevos
visitantes y los guardias, fuera de servicio y con sus parejas delante, no creo
que se quedaran callados. Una pelea de bar con provocación previa y odios históricos
que cuando estás en tu territorio deciden expresarse. A partir de aquí, un
teniente y un sargento de la guardia civil del pueblo (conocidos y con
obligación de ser prudentes) entran en una pelea desigual donde reciben una
paliza que acaba rápido por la llegada de refuerzos para la benemérita.
El parte médico habla de golpes
leves a las parejas femeninas, de heridas leves a uno de los guardias civiles y
del ingreso en un hospital del otro para ser operado, no os lo perdáis, de una
fractura de TOBILLO (podéis imaginaros cómo se produce una lesión así en una pelea).
Si alguien ha pensado en muertos, tetrapléjicos o múltiples víctimas puede
consultar el parte médico que expresamos y ver qué se corresponde con la
realidad…
Piden aplicar la ley antiterrorista
pensada para yihadistas peligrosos y que se condene a cuatro intervinientes,
ninguno guardia civil por supuesto, a medio siglo de prisión (cincuenta años).
Algo falla en las leyes españolas cuando hechos como estos pueden llegar a ser
realidad, hasta la prensa de derechas esconde la noticia en segundas páginas
mientras el pueblo de Alsasua no entiende nada.
Las víctimas, todas la víctimas,
deben tener su reconocimiento pero no son sus familiares el Parlamento que
legisla en este país. Llegan momentos como este en que piensas que alguien de
la derecha está deseando que los movimientos abertzales crezcan y tengan
razones para salir a la calle.
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