lunes, 10 de julio de 2017

¿SOMOS EL CENTRO DEL UNIVERSO?
Un profesor universitario explicando que la Tierra no se mueve me ha sorprendido tanto que casi me da un patatús.
Después he visto un programa sobre el universo, los movimientos de sus galaxias, los choques de trenes en el espacio y me ha parecido difícil que alguien nos encuentre ante la magnitud de mundo… conocido.
Muchos americanos y rusos (además otros muchos millones de personas) siguen creyendo que el mundo gira en torno a nuestro diminuto Planeta.
                        
                                  Resultado de imagen de caricaturas del paraiso

            Viendo los movimientos de las galaxias, los soles que se comen a sus planetas, la de agua que anda suelta por el universo y los miles de millones de estrellas que pululan por el mundo, uno se siente muy, muy pequeño. No solamente eso, la Tierra te parece un lugar extremadamente frágil, muy difícil de situar en el universo e imposible de imaginarla quieta en el siglo XXI. Todo era trepidante en el reportaje y parecía que era imposible que no hubiera miles de choques cada día en ese universo lleno de materia incontrolada.
            Pensé que seguíamos siendo unos seres soberbios a los que la capacidad de pensar (no siempre bien) nos ha permitido inventar historias inverosímiles que aún se mantienen vivas en una parte importante de la población. Me enteré que 1 de cada 4 estadounidenses y 1 de cada 3 rusos seguían pensando como el parlanchín de la tele, que la Tierra no se mueve y que somos el ombligo del mundo mundial. No quise seguir investigando la mentalidad de otros pueblos dominados por religiones todavía más cerradas (si es posible) que las citadas.
            Hace más de 2000 años un griego que se llamaba Aristarco afirmó e intento demostrar que la Tierra giraba en torno al sol (heliocentrismo) pero entre Platón, Aristóteles, la Biblia y las iglesias se encargaron de que fuera muy peligroso seguir doctrinas semejantes. 1500 años de cristianismo y el personal (Copérnico o Galileo…) comenzaron a dudar y a razonar y les enseñaron la hoguera para que fueran cautos y respetuosos con su Planeta.
            Dios encontró la Tierra entre miles de millones de planetas, bajo a moldear de barro a Adán y sacó a Eva de una costilla de tal sujeto y creó un paraíso lleno de eternidad. La Biblia afirma que el Planeta no se mueve y los creacionistas (los de Adán de barro y Eva de costilla) comienzan a sentar catedra en sus universidades. Si vivimos 16 siglos de cristianismo teniéndola quieta quién somos nosotros para comenzar a demostrar lo contrario. Ahhh… la iglesia no se mete para nada con estos iluminados. Y no tiene encendida la hoguera porque no declaró en su momento dogma lo que ahora relatamos, se conformó con la hoguera y con ceder a las investigaciones porque parece que la Tierra si se mueve aunque no tengamos la sensación de correr a velocidades supersónicas sin que se nos mueva el pelo por la maldita atmósfera que nos rodea.  
            A lo que iba, me sentí pequeño, consciente de que cualquier pedrusco, cual bomba nuclear, podría arruinar el discurrir de los días y, sobre todo, me imaginé muchas vidas lejos de la Tierra aunque no creo que se llamen Adán y Eva quienes respiran en esos lejanos paraísos. Voy a ver la luna, casi llena, que de Planeta se convirtió en satélite que escucha a los humanos.



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