lunes, 3 de julio de 2017

ORGULLO  GAY
Es gratificante que la sociedad vaya aceptando las diferentes tendencias sexuales.
Queda mucho por recorrer para borrar el estigma de pecado y rechazo que han introducido las religiones en todos los temas relacionados con la sexualidad.
Algo plenamente aceptado en Grecia o Roma ha sido condenado con posterioridad, quizá no sean la cuna de la sociedad occidental estas culturas…

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            Creo que muchas personas nos hemos alegrado que Madrid y la sociedad española hayan celebrado la fiesta del Orgullo Gay con normalidad absoluta. Sabemos que en la sociedad existe una sensibilidad hostil hacia ciertas formas de relación sexual pero tenemos que tener en cuenta que la educación que hemos recibido no se borra en cinco minutos o con cuatro leyes.
            Quienes hemos vivido muchos años entre jóvenes y adolescentes hemos visto como se margina a quienes no siguen las normas que dictaba la religión y las leyes. Sabemos de acoso, de burlas, de padres poco comprensivos, de sufrimiento y, también, de valentía de muchas personas que han decidido mostrar sus inclinaciones sexuales a pesar de los peligros a los que se exponían. No ha dejado de existir el riesgo en nuestra sociedad pero fiestas como esta ayudan a que todo sea menos difícil.
            Nosotros que nos proclamamos una cultura heredera de griegos y romanos escuchamos pocas veces que la homosexualidad (con sus limitaciones por la juventud o por la esclavitud) era aceptada normalmente por la sociedad. La poetisa Safo, Alejandro Magno, Aquiles, Julio Cesar, Nerón, Trajano y casi todos los emperadores romanos, de la época anterior a que el cristianismo comenzará a dominar la moral de la sociedad, mantenían relaciones con personas de su mismo sexo y era conocida la misma.
            Los siglos en que las religiones han ido imponiendo su moral han hecho que estas relaciones nos sorprendan y nos hayan cogido durante un tiempo a contrapié. Acontecimientos como este de 2017 creo que ayudarán a que muchos padres machistas, y poco respetuosos con las diferencias, comiencen a educar a sus hijos para que vaya desapareciendo el acoso a las personas que tienen una sexualidad diferente de la que se ha impuesto en nuestra sociedad.
            Lo importante es que las personas se quieran y se respeten. Es tiempo de valorar las leyes que el gobierno de Zapatero introdujo en la legislación española y que pusieron igualdad donde existía una discriminación manifiesta. Aún quedan partidos que se niegan a aceptar la ley, aunque guarden silencio, y la iglesia católica está lejos de ayudar a que se normalice la vida de quienes no siguen sus monolíticas enseñanzas. Los dogmas van pillando a contrapié a la institución y no solamente a cuatro payasos que hablan de enfermedad, pecado, infierno y excomunión cuando muchas veces tienen el problema en su misma casa…

            Tiempo de alegría por vivir en un país tolerante. Conciencia de que queda mucho por recorrer en la educación de los jóvenes. Deseo de que la normalidad haga que algún día el mundo no necesite estas fiestas porque quedó atrás la pena de muerte y la persecución de las personas con tendencias sexuales diferentes en todo el orbe. Aún queda mucho camino por recorrer para vivir con normalidad las diferencias.

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