ORGULLO
GAY
Es
gratificante que la sociedad vaya aceptando las diferentes tendencias sexuales.
Queda
mucho por recorrer para borrar el estigma de pecado y rechazo que han
introducido las religiones en todos los temas relacionados con la sexualidad.
Algo
plenamente aceptado en Grecia o Roma ha sido condenado con posterioridad, quizá
no sean la cuna de la sociedad occidental estas culturas…
Creo que muchas personas nos hemos
alegrado que Madrid y la sociedad española hayan celebrado la fiesta del
Orgullo Gay con normalidad absoluta. Sabemos que en la sociedad existe una
sensibilidad hostil hacia ciertas formas de relación sexual pero tenemos que
tener en cuenta que la educación que hemos recibido no se borra en cinco
minutos o con cuatro leyes.
Quienes hemos vivido muchos años
entre jóvenes y adolescentes hemos visto como se margina a quienes no siguen
las normas que dictaba la religión y las leyes. Sabemos de acoso, de burlas, de
padres poco comprensivos, de sufrimiento y, también, de valentía de muchas personas
que han decidido mostrar sus inclinaciones sexuales a pesar de los peligros a
los que se exponían. No ha dejado de existir el riesgo en nuestra sociedad pero
fiestas como esta ayudan a que todo sea menos difícil.
Nosotros que nos proclamamos una cultura
heredera de griegos y romanos escuchamos pocas veces que la homosexualidad (con
sus limitaciones por la juventud o por la esclavitud) era aceptada normalmente
por la sociedad. La poetisa Safo, Alejandro Magno, Aquiles, Julio Cesar, Nerón,
Trajano y casi todos los emperadores romanos, de la época anterior a que el
cristianismo comenzará a dominar la moral de la sociedad, mantenían relaciones
con personas de su mismo sexo y era conocida la misma.
Los siglos en que las religiones han
ido imponiendo su moral han hecho que estas relaciones nos sorprendan y nos
hayan cogido durante un tiempo a contrapié. Acontecimientos como este de 2017
creo que ayudarán a que muchos padres machistas, y poco respetuosos con las
diferencias, comiencen a educar a sus hijos para que vaya desapareciendo el
acoso a las personas que tienen una sexualidad diferente de la que se ha
impuesto en nuestra sociedad.
Lo importante es que las personas se
quieran y se respeten. Es tiempo de valorar las leyes que el gobierno de
Zapatero introdujo en la legislación española y que pusieron igualdad donde
existía una discriminación manifiesta. Aún quedan partidos que se niegan a
aceptar la ley, aunque guarden silencio, y la iglesia católica está lejos de
ayudar a que se normalice la vida de quienes no siguen sus monolíticas
enseñanzas. Los dogmas van pillando a contrapié a la institución y no solamente
a cuatro payasos que hablan de enfermedad, pecado, infierno y excomunión cuando
muchas veces tienen el problema en su misma casa…
Tiempo de alegría por vivir en un
país tolerante. Conciencia de que queda mucho por recorrer en la educación de
los jóvenes. Deseo de que la normalidad haga que algún día el mundo no necesite
estas fiestas porque quedó atrás la pena de muerte y la persecución de las
personas con tendencias sexuales diferentes en todo el orbe. Aún queda mucho
camino por recorrer para vivir con normalidad las diferencias.
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