martes, 8 de agosto de 2017

ERAMOS POCOS Y PARIÓ LA ABUELA
Es increíble que Garzón, Almeida y Llamazares se pongan a jugar con la derecha.
En la izquierda es necesaria la unión y, por quítame ese tronillo, se meten en un camino sin salida.
La ley electoral la conocen bien, castiga las aventuras rupturistas y ellos caerán pero arrastrando a otros que intentaban unirse y a los que debilitarán.

                     Resultado de imagen de fotografia de garzon, almeida y llamazares
  
            La derecha está feliz: qué si a Sánchez le dimiten los diputados, qué si su federalismo hace el juego a los independentistas, que si yo me voy porque no me gusta tu cara pero espero verte pronto en tu propio entierro. Cada día un poquito más de cizaña para evitar que haya un proyecto común de la izquierda. Terrorismo le llaman al acercarse al PODEMOS de Maduro. Están que se salen los Inda y compañía.
            A la formación de Pablo Iglesias ya no necesitan ni a Venezuela para atacarla porque las mentiras tienen caducidad, ahora en cada provincia les van sacando disidentes que nos hacen pensar en guerras de sillones más que en ideas a defender. En una provincia de Castilla la Mancha preguntan a las personas de base una cosa y cómo no les gusta lo que dicen se van a casa con la amenaza latente de que volverán. En Catalunya son de PODEMOS pero menos, se hace un congreso, se aprueban unas directrices y si no te gustan pues haces lo que te apetece y si puede ser sin preguntar a las bases mejor. Rajoy ya puede bailar tranquilo aunque le dé lumbago    
Tanto Sánchez, como Pablo Iglesias, como Alberto Garzón estaban dando la imagen de querer acercarse a una gran coalición porque dicen defender lo mismo para las personas, aunque tampoco olvidan que quieren los primeros sillones en la rifa de las siguientes elecciones. En esta lucha por el poder siempre les queda la esperanza a los de debajo de que se olviden de las sillas y comiencen a exigir lo que necesitan quienes lo pasan mal o regular.

En estas estábamos cuando aparecen unos salvapatrias, que no explican muy bien a que juegan, que amenazan con recorrer toda España, a lo Sánchez, para explicar que ellos son los mejores y que Alberto Garzón es un traidor que busca que ganen las ideas de izquierdas y no defiende los sitios que ellos ocupaban. Lo de Garzón, el juez, ya huele a repetición, después de la visita al PSOE de hace años parece dispuesto a demostrar a todo el mundo que se equivocaron y sigue siendo el mejor… en destruir proyectos, en este caso. El prestigio que han acumulado lo emplean para hacer daño a quienes les dieron de comer. Cuesta entender que no se vayan a casa cuando lean la noticia de que hasta se pueden presentar a las elecciones… y no están para tantos viajes, que los años no perdonan.

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