domingo, 13 de agosto de 2017

VUELVE  LA  GUERRA  FRÍA
Trump sabe cómo jugar con los sentimientos de los estadounidenses más extremistas y Kim Jong-un es un experto en manejar los movimientos de su pueblo.
Estoy seguro de que ayer ninguno de los dos buscó una estrella fugaz para pedir un deseo, ellos ya tienen lo que quieren.

               Resultado de imagen de fotografias de estrellas fugaces con tanques
  
            El problema es que trasmiten al mundo una inseguridad que en los tiempos de la guerra fría no era tan real. Desconocíamos la capacidad de destruir el mundo de los estadounidenses y rusos, hoy estamos seguros de que si a alguien se le va la mano más allá de las palabras podemos tener los días contados. No agrada habitar en un Planeta dónde dependemos de sujetos como estos. Votados o adorados por sus pueblos.
            Los Coreanos de Kim Jong-un son 25 millones y un millón están en el ejército. Tres millones más se han apuntado “voluntarios” a luchar contra Estados Unidos. No quiero ni pensar la que se montaría si les suelta por el mundo asiático a preparar atentados, puede acabar de forma violenta con el régimen pero volveríamos a tener otro Afganistán o Siria en primera línea de fuego, claro que lejos, donde los muertos parece que no se cuentan.
            En Estados Unidos parece que se engañan fácilmente, se sienten seguros, superiores en armamento y muchos aplauden a un líder chulesco que da lecciones de democracia al mundo repartiendo guerras, vendiendo armas y amenazando dictaduras y democracias no obedientes a los intereses de su país. Trump no es un infiltrado, ha ganado las elecciones en un país con más de 300 millones de personas y unos 52 estados y grande como casi veinte Españas. Debe cuidar a los poderosos que sonríen ante muchas de sus medidas o bravatas y excitar el sentimiento patriótico o egoísta de grandes masas de población a las que domina como nadie.
            Qué no se condene a personas, neonazis, que defienden el recuerdo de un líder que lucho por mantener la esclavitud en el sur de EE.UU. ya no nos sorprende, la Fundación Francisco Franco y 25 más lo hacen es España en la más absoluta impunidad. En algo nos tenemos que parecer al Trump más racista, ahora nos falta que Cospedal consiga gastar cada día muchísimo más en defensa para conseguir un país con más tanques y aviones de combate aunque el personal las pase canutas para llegar a fin de mes o para operarse en un tiempo razonable.
            A Trump le ha parecido que eso de la guerra fría era un juego interesante para hacer otras judiadas (como quitar médicos o favorecer a las empresas que fabrican armas) y le ha dicho a Maduro, un Kim Jong-un para él, que se prepare porque su país con todo el petróleo que tiene arde con una cerilla y el tiene todas las armas que le ha enseñado al coreano.
            Y China de pacificador, este mundo realmente está cambiando. Y ni se me ha pasado por la cabeza pensar que a peor. Ayer le pedía a una estrella muchos regalos para Pinocho, Trump, vendedores de vallas y fabricantes de armas. Ellos no se pusieron a buscar en el cielo una estrella fugaz que les permitiera prometerle que nos  dejarán en paz a los que habitamos esta Planeta.
            ¡Qué bonita estaba la luna y las estrellas en la oscuridad del bosque!

            

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