VUELVE
LA GUERRA FRÍA
Trump
sabe cómo jugar con los sentimientos de los estadounidenses más extremistas y
Kim Jong-un es un experto en manejar los movimientos de su pueblo.
Estoy
seguro de que ayer ninguno de los dos buscó una estrella fugaz para pedir un
deseo, ellos ya tienen lo que quieren.
El problema es que trasmiten al
mundo una inseguridad que en los tiempos de la guerra fría no era tan real.
Desconocíamos la capacidad de destruir el mundo de los estadounidenses y rusos,
hoy estamos seguros de que si a alguien se le va la mano más allá de las
palabras podemos tener los días contados. No agrada habitar en un Planeta dónde
dependemos de sujetos como estos. Votados o adorados por sus pueblos.
Los Coreanos de Kim Jong-un son 25
millones y un millón están en el ejército. Tres millones más se han apuntado “voluntarios”
a luchar contra Estados Unidos. No quiero ni pensar la que se montaría si les
suelta por el mundo asiático a preparar atentados, puede acabar de forma
violenta con el régimen pero volveríamos a tener otro Afganistán o Siria en
primera línea de fuego, claro que lejos, donde los muertos parece que no se
cuentan.
En Estados Unidos parece que se
engañan fácilmente, se sienten seguros, superiores en armamento y muchos
aplauden a un líder chulesco que da lecciones de democracia al mundo
repartiendo guerras, vendiendo armas y amenazando dictaduras y democracias no
obedientes a los intereses de su país. Trump no es un infiltrado, ha ganado las
elecciones en un país con más de 300 millones de personas y unos 52 estados y
grande como casi veinte Españas. Debe cuidar a los poderosos que sonríen ante
muchas de sus medidas o bravatas y excitar el sentimiento patriótico o egoísta de
grandes masas de población a las que domina como nadie.
Qué no se condene a personas,
neonazis, que defienden el recuerdo de un líder que lucho por mantener la esclavitud
en el sur de EE.UU. ya no nos sorprende, la Fundación Francisco Franco y 25 más
lo hacen es España en la más absoluta impunidad. En algo nos tenemos que
parecer al Trump más racista, ahora nos falta que Cospedal consiga gastar cada
día muchísimo más en defensa para conseguir un país con más tanques y aviones
de combate aunque el personal las pase canutas para llegar a fin de mes o para
operarse en un tiempo razonable.
A Trump le ha parecido que eso de la
guerra fría era un juego interesante para hacer otras judiadas (como quitar
médicos o favorecer a las empresas que fabrican armas) y le ha dicho a Maduro,
un Kim Jong-un para él, que se prepare porque su país con todo el petróleo que
tiene arde con una cerilla y el tiene todas las armas que le ha enseñado al
coreano.
Y China de pacificador, este mundo
realmente está cambiando. Y ni se me ha pasado por la cabeza pensar que a peor.
Ayer le pedía a una estrella muchos regalos para Pinocho, Trump, vendedores de vallas
y fabricantes de armas. Ellos no se pusieron a buscar en el cielo una estrella
fugaz que les permitiera prometerle que nos dejarán en paz a los que habitamos esta
Planeta.
¡Qué bonita estaba la luna y las
estrellas en la oscuridad del bosque!
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