jueves, 28 de septiembre de 2017

ALUCINO PEPINILLOS
Resulta que soy un mal ciudadano por no votar en un referéndum ilegal.
No me he esterado que vivo en una dictadura franquista.
Y soy un facha por pensar que este referéndum no se debería ni convocar ni celebrar.

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             Yo respeto que haya personas que deseen la independencia de Catalunya, existen desde siempre y tienen unas ideas tan respetables como las mías (pensaba yo). Creía que Catalunya disfrutaba de unas cotas de autogobierno muy altas y que muchos de los problemas de injusticias sociales que padecemos eran achacables a los gobiernos filopeperos de Convergencia y Unió, padres inseparables de Mas y Puigdemont. También pensaba que era urgente expulsar al PP del gobierno de España porque el ataque a los derechos económicos y políticos de los españoles estaba pasando líneas rojas que no deberíamos permitir y recuperar muchos de las que ya nos ha robado.
            Yo vivía tranquilo pensando que militaba en la izquierda y que defendía de mala gana la democracia surgida bajo la amenaza del franquismo en la transición. Hasta creía que era un poco más lanzado que Pablo Iglesias en algunas de mis ideas sobre la justicia social y la democracia interna de los partidos. Escribía con cierto respeto en este blog por si los amigos de Pinocho y el Niño Maravillas se enfadaban con mis desahogos nocturnos. Pensaba que muchos de los que ahora gritan pidiendo democracia en las calles eran gente de derechas, muy de derechas, y que para nada se preocupaban de los problemas de quienes habitaban al otro lado.
            Hoy ya tengo claro que me he equivocado. Lo demócrata es apoyar un referéndum que un prostituido tribunal constitucional ha prohibido amparándose en una constitución que votaron los ciudadanos españoles amenazados por los fusiles cargados por Franco. También sé que los jueces, fiscales (esto ya me lo temía con el tema de las múltiples corrupciones que ahora se silencian) y cuántos se metan con el referéndum son elementos fascistas que atentan contra la libertad de los ciudadanos y que los Mossos d´Esquadra velarán para que sus decisiones no se cumplan si hay muchos ciudadanos que  están en contra y obligan a que se haga todo lo contrario.
            Quienes promueven el referéndum en 48 horas proclamarán la independencia de Catalunya y todos seremos felices y comeremos perdices. Solamente los fachas pueden pensar que eso es muy difícil, que provocará enfrentamientos de peligrosidad extrema, que el mundo no sabemos si les acogerá y que nadie se ha atrevido a tanto en el mundo mundial. Por encima del poder establecido, sin necesidad de pactar, unas consignas llenas de infalibilidad llaman a crear el milagro de la independencia sean cuantos sean los valientes que participen en la fiesta.
Creo que el domingo me sentiré uno de esos seres miedosos, un facha reprimido que se queda en casa y no participa en la fiesta de la democracia y la libertad. Otros valientes irán a dejar su voto en no sé qué urnas porque ya han identificado a Pinocho con España y aunque sepan que es ilegal tienen que demostrar que solamente hay una manera de protestar contra los abusos de la derecha, apoyando a otro Pinocho disfrazado que hasta perderá las autonómicas que otros se preparan para ganar.
Me quedan al menos cuatro años en que estaré encerrado en el cuarto oscuro de los fachas mientras los demócratas siguen debatiendo problemas trascendentales y sublimes. Y todo por no ir a votar el domingo…

-          Eres un llorón, Elías, ¡te inventas unas películas!

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