NO HAY CAMBIO CLIMÁTICO

El polo se deshace porque los osos tienen ganas de viajar.

Hace más calor porque el sol está contento y nos mima.

Los ciclones y los terremotos son mucho más potentes porque existe un monstruo que agita la Tierra desde dentro porque nos portamos mal.

                      

  

            Evidentemente no existe el cambio climático pero por si acaso alguien está intranquilo vamos a hacerle sentir culpable. Su calefacción, su aire acondicionado, su coche y hasta su respirar pueden ser los causantes del deterioro de la Tierra. Así que ya sabéis pasad frío o calor, cambiar de coche que ya hemos decidido que es hora de vender un mogollón más y respirar poco que tenemos que mimar nuestra casa.

            Vemos como los polos se van deshaciendo lanzando sus hielos derretidos a los océanos, el que más y el que menos sabe que si se echa agua en un recipiente este sube el nivel pero nuestro mar es buena gente y nuestras playas serán respetadas porque eso de que sube el nivel, si pones más líquido, solamente sirve para los vasos de agua. No podemos consentir que se niegue a los osos su derecho de viajar y conocer nuevos espacios, son animales preciosos a los que debemos respetar su deseo de conocer nuevos mundos y olvidar el frío polar al que les tenemos sometidos durante siglos.

            Estamos observando cómo cambia el clima cada año. Los veranos más calurosos, las lluvias más escasas y con más mala leche cuando nos visitan, pero tenemos que echar la culpa al sol que calienta el agua del mar y la atmósfera y llena los telediarios de gotas frías. Nada que ver con el cambio climático, dicen el primo de Pinocho y Trump, es un cabreo momentáneo del astro rey y solamente tendrá el efecto de convertir España lentamente en un desierto y trasladar a otros pueblos nuestro clima. Todos tranquilos también existe vida en el desierto, los saharauis se pasar allí la vida y poco nos preocupa a los demás porque sabemos que son felices allí.

            Lo de los huracanes y terremotos está tocando las narices. Antes se quedaban en Cuba o Puerto Rico y podíamos reconstruirles pero ahora llegan a Florida y joroban el final del verano a los habitantes del primer país del mundo mundial. Han inventado esa historia de monstruo para que seamos más religiosos y no critiquemos tanto a los “buenos”. Sus guerras nos defienden y sus bombas y aviones militares no contaminan, sus petroleras que han retardado la aplicación de los inventos que posibilitan energías limpias lo han hecho para gastar el oro negro y no malgastar en experimentos. Lo que tenemos que hacer es ser buenos para que el monstruo de las profundidades se calme y vuelvan los huracanes a quedarse en las Antillas sin molestar a los señores.

            No os quejéis tanto, os enseñamos los desastres en la tele, podéis ver como los americanos pagamos nuestros pecados y si os fijáis solamente unos poquitos sueltan alguna frase sobre el cambio climático, lo importante los las inundaciones y las casas destruidas que tapan con eficacia el bosque que se nos viene encima.

            No sé si a los osos les gustará ver nuestras caras…