CON
EL EJÉRCITO HEMOS TOPADO
No
es una broma, el PP tirará por derecho cuando alguien proclame la
independencia.
Tiene
un artículo silenciado de la constitución que no es el 155, es el artículo 8.
Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército
de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la
soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el
ordenamiento constitucional.
Ya hemos llegado dónde muchos no queríamos
que llegarán las cosas. Me imagino que contentos los PPros y compañía porque
aseguran sus votos españolistas y contentos los independentistas porque hace
muy poco tiempo no podían ni soñar con los millones de seguidores
incondicionales que están reclutando. El problema lo han puesto sobre la mesa y
los dos bandos se muestran tan duros como una piedra: Constitución e
Independencia. Parece que por las buenas nadie va a mover un ápice su postura.
Yo mientras no vea al
independentismo bajar a la arena y comenzar a abrir la puerta a una negociación
sin referéndum de autodeterminación no observo que a quién le falte capacidad de
diálogo sea solamente a Pinocho. Creo que la mayoría estamos de acuerdo (hoy)
que la Constitución y la transición desde la dictadura se hizo bajo la amenaza
de los fusiles y el recuerdo de la represión que algunos sufrieron durante
muchos años. Hubo quienes no lo aceptaron porque les daba asco la amnistía a
los asesinos, que aún tenían el poder, que durante años había golpeado su
cuerpo y sus libertades.
La mayoría pensó (y otros tuvieron
que callarse) que una mala constitución y un rey impuesto no era castigo
aceptable para asomarse a Europa y recoger lo que les regalaban. Yo siempre pensé
que se equivocaron pero no tenía fuerzas ni datos para saber si era posible una
salida más valerosa. Cuando Felipe González nos metió en la OTAN, después de
los que había despotricado, me afirme en la idea de que existen poderes con los
que ni las masas ni las razones pueden (pena, penita pena).
Volvamos al tema que nos ocupa.
Mañana lunes se declara la independencia y se deja en las manos al PP el
artículo 8 de la Constitución con Europa mirando para otro lado y el mundo
mundial atendiendo a otros problemas mucho más importantes. Millones de
catalanes están convencidos de que con las manos en alto ganarán la batalla,
volveremos a tener la violencia en la calle y no será la que estos días hemos
condenado. La juventud no va a volver a casa con los sueños truncados, quienes
han propuesto la travesía (Puigdemont, Junqueras y compañía) han lanzado el
barco corriente abajo y no podrán pararlo. El artículo 8 volverá a sonar en las
ondas y volverán la violencia y los mártires. Quizá todos hemos equivocado el
camino, los tiempos y el método, no es España sola ni Catalunya sola culpable,
pero ambas están haciendo oposiciones, una más que otra, para conducir a una
multitud a un viaje que puede no llevar a ninguna parte.
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